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Tomeu Sancho se enteró de la renuncia al poder de Fidel Castro en el vuelo que le traía el martes de La Habana a España. «De repente se empezó a correr el rumor por el avión, supongo que se le comunicó desde la isla al piloto o a algún miembro de la tripulación y así nos enteramos».

Para este palmesano que participó directamente, desde Venezuela, donde vivía en 1956, en la revolución cubana que llevó a Fidel Castro al poder en 1959, la jubilación del comandante «era algo que todo el pueblo cubano esperaba, porque tiene ya 81 años y una mente muy lúcida que le ha hecho entender que el cargo exige una energía física que ya no tiene, y que, por tanto, es lo mejor para su país, al que puede ayudar más con sus escritos y reflexiones».

Castrista confeso, no en vano actualmente trabaja para el Gobierno de Cuba como promotor de negocios para el Estado cubano, especialmente con Mallorca, opina que «la marcha de Fidel no va a suponer el fin de nada, hay castrismo para mucho tiempo, la revolución seguirá, sobre todo porque el pueblo cubano es más castrista que comunista. Podrá haber cambios, pero nunca en contra de los principios de la revolución. El pueblo nunca aceptará ser una colonia de EE UU».