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a presidenta de Emaya, Cristina Cerdó, ha presentado un ambicioso Pla de Neteja para Palma que supondrá una inversión de 11 millones de euros en la adquisición y mejora de material, además de la incorporación de 80 personas a la plantilla de trabajadores de la empresa para incrementar su presencia en las calles de la ciudad.

Ante una nutrida representación de la sociedad civil "asociaciones, empresarios, comerciantes y hoteleros" Cerdó desgranó la realidad de una de las asignaturas pendientes de Palma: la suciedad que se acumula en sus aceras, los olores que despiden los contenedores, la ausencia de papeleras, un inoperante servicio de recogida de trastos,... Sin embargo, sería faltar a la verdad obviar que todas estas deficiencias son, en la mayoría de las ocasiones, atribuibles a la irresponsable actitud de los palmesanos y de sus visitantes. Todos, en mayor o menor medida, hemos sido testigos "o protagonistas" de comportamientos incívicos que han dado como resultado esta sensación global de que Palma es una ciudad sucia. Lograr un cambio significativo en este apartado es la mejor garantía del futuro éxito del Pla de Sanejament.

La inyección financiera que ha supuesto la aplicación de la Llei de Capitalitat permitirá la financiación de la ampliación de la maquinaria con la que Emaya podrá ponerse a trabajar en los próximos meses, en especial en aquellos aspectos en los que hay más deficiencias: baldeadoras y barredoras mecánicas, además de esa auténtica plaga de chicles que afean las calles más céntricas de Palma.

Por último hay que destacar la valentía de Cerdó a la hora de afrontar y comprometerse en obtener resultados en una tarea difícil e ingrata, en la que otros políticos se han estrellado, como es la de conseguir que Palma sea una ciudad limpia.