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PEP MATAS-JULIO BASTIDA 'Casa Alfredo', el local de alterne gay desde donde Javier Rodrigo de Santos malversó buena parte de 50.000 euros de dinero público con una tarjeta del Emop, se ha puesto a la venta.

Desde hace días, en la fachada del local se ha colocado el cartel de 'se vende', con un teléfono de contacto. Su propietario, Alfredo, dice que prefiere no hablar con ningún periodista «porque no hace mucho hablé sólo dos palabras con uno y me engañó», y al preguntarle por la venta se limita a contestar que «si pasa por delante del local y ve el cartel de que se vende, usted mismo...».

El precio
Al llamar al número de teléfono que aparece en el cartel una mujer nos informa de que el precio de venta es de 270.000 euros «aunque podemos hablarlo y llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes». Añade que se trata de una planta baja, con patio interior y una extensión total de 131 metros cuadrados, «con la posibilidad de edificar una altura puesto que tiene el techo libre».

La misma mujer comenta que se trata de «una zona muy tranquila, y para convertir el local en vivienda es necesaria una reforma profunda». También señala que «ahora mismo el local está en régimen de alquiler, pero no es problema porque si usted decide comprar, esta persona está obligada a salir cuando se haga oficial la venta tiene que salir». 'Casa Alfredo' está situada en la calle Ramón Servera Moyá, en la palmesana barriada de El Terreno. Con respecto a los motivos de la venta su propietario, Alfredo, no ha hecho ninguna declaración, como queda dicho, y se ha limitado a confirmar la puesta en venta del local.

Ultima Hora ha contactado con personas relacionadas con el local y con su propietario. Todas piden conservar el anonimato.
Una de ellas asegura que «el motivo de la venta es que el negocio ha caído en picado, desde que saltó el escándalo de Rodrigo de Santos. Parece ser que en los días posteriores, quizás por la curiosidad, acudieron nuevos clientes, pero no fue más que una nube pasajera y lo cierto es que la situación, a nivel comercial, es ahora muy mala. Creo que lo que quiere Alfredo, o eso es lo que me ha comentado, es vender y marcharse a Galicia, donde nació».

Esta misma persona añade que «hace poco más de dos años ya se intentó vender el local, y creo recordar que ya se colocó un cartel en la fachada. Pero la venta no se realizó, el cartel se quitó y se continuó con la actividad habitual».