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El Parque Nacional de Cabrera se erige como una caléndula en el muladar en que se convierten las Islas durante los meses de verano. Tal es la masificación que sufren las playas y pueblos de Mallorca en julio y agosto, que mucha gente opta por pasar algún día en Cabrera. No obstante, ésta, al igual que ocurre, por ejemplo, con el puerto de Mahón, se asemeja más a una autopista en una 'operación salida' que a un fondeadero paradisíaco , aun siéndolo. Por ello, y a pesar de las medidas preventivas que se adoptan para protegerla, es difícil que Cabrera salga incólume de las agresiones de tantos barcos que se pelean por conseguir una bolla cerca de la playa de s'Espalmador. Así, la Associación S'Alzina, una entidad colaboradora del organismo autónomo 'Parques Nacionales', organizó del 7 al 13 de julio un campo de voluntariado ambiental para limpiar el archipiélago. El grupo estuvo formado por seis voluntarios provenientes de diferentes comunidades, como Madrid, Cataluña, Castilla León, Asturias y Balears. La mayoría de ellos son licenciados en Biología o Ciencias Ambientales, y la media de edad era de unos 28 años. Éstos, además, estuvieron acompañados por un monitor de la asociación. Las actividades que han realizado se han centrado en la limpieza y mantenimiento de playas, islotes y fondo marino. «En estos meses se acumula en el archipiélago una gran cantidad de suciedad, por lo que la labor de estos voluntarios es muy importante para la conservación del patrimonio ambiental de Cabrera», señala Juan José González, presidente de S'Alzina. Además, uno de los objetivos principales del voluntariado ha sido la erradicación de la planta alóctona Carpobrotus en la zona del Castillo y en la playa de Es Burrí. No obstante, no ha sido todo trabajo para los voluntarios, ya que además de vivir en un entorno privilegiado, han realizado diferentes excursiones por toda la Isla.