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Sin estar constituida la mesa de negociación para perfilar cómo se ejecutará el plan de viabilidad propuesto por SAS en Spanair, la compañía aérea presentará en los próximos diez días el Expediente de Regulación de Empleo (ERE), que afectará a más de 1.100 personas, de las 3.300 con las que cuenta Spanair, con el fin de reducir costes operativos e iniciar, de este modo, los reajustes en todos los niveles productivos de la aerolínea que mantendrá su sede en Palma, pero no así la base.

El ERE se llevará a cabo sin negociación con los sindicatos, de ahí que en la próxima semana se pueden plantear situaciones de conflictos laborales y entorpecer todo el proceso de negociación sobre el plan de viabilidad.

La dirección de Spanair, por su parte, anunció ayer al Comité de empresa de Spanair, con quien mantuvo una reunión en Palma, que eliminará cinco de las siete bases que tiene la aerolínea en España «para concentrar todos los recursos de producción en Madrid y Barcelona, lo que supondrá la supresión de las bases que tiene en Son Sant Joan, Las Palmas, Tenerife Norte, Málaga y Bilbao», indicaron fuentes de la aerolínea.

Esta decisión estratégica sitúa a Palma en el ojo del huracán, puesto que será la más perjudicada por el ERE en todos sus departamentos, principalmente en administración y el de fuerza de ventas, que suman en su conjunto unos 1.000 trabajadores, de ahí que la regulación afectará a más de 500 personas. La compañía facilitó ayer a los sindicatos todo tipo de información sobre el plan de viabilidad, que es la herramienta clave para salvar, según Spanair a la aerolínea del cierre definitivo.

Desde Spanair puntualizaron que la concentración de las bases en Madrid y Barcelona implicará una reducción de los costes que resulta «necesaria» por la actual situación económica, mucho más delicada que lo que indicaban las proyecciones económicas hace un año, que auguraban otro escenario «más positivo», tanto por el precio del petróleo como por el crecimiento de la economía. Las mismas fuentes indicaron que esta reducción de las bases ofrecerá «una flexibilidad adicional para seguir creciendo en el futuro, pero no supondrá la disminución de las rutas entre Balears y la Península».

Con la semántica encima de la mesa, la compañía rehusó ayer hablar de trabajadores afectados y sí de puestos de trabajo (ver gráfico adjunto).
El Govern, a través del conseller Gabriel Vicens, mostró su total desacuerdo con esta estrategia de Spanair de suprimir la base de Palma, así como su preocupación por la regulación drástica de empleo que hará Spanair en Palma.