La localización de estos animales ha sido posible gracias a que los dos más jóvenes iban equipados con emisores de radio-seguimiento. Sin embargo, desde el GOB han explicado mediante un comunicado que su recepción y localización inmediata ha sido dificultosa, ya que las milanas se encontraban detrás de la pared del estanque.
Los cuatro cadáveres fueron recogidos por agentes de Medi Ambient, siguiendo el protocolo 'Antídoto' de lucha contra el uso ilegal de veneno en el medio natural y han sido remitidos a un laboratorio de ecotoxicología para determinar las causas de sus muertes. Sin embargo, desde el GOB no quieren descartar ninguna posibilidad y aunque la del veneno es la que tiene más fuerza, también podrían haber muerto ahogados y alguien los podría haber sacado del estanque.
En relación al veneno, el GOB alerta de que la colocación de veneno en el campo para eliminar depredadores está «muy ligada con la gestión cinegética». Una de las pruebas que aportan los ecologistas es que la mayor parte de las milanas envenenadas han sido localizadas en febrero, justo después de la finalización de la temporada de caza. En este sentido, argumentan que «coincide con el momento en que los vedados comienzan a preparar la siguiente temporada de caza y eliminan a los depredadores (gatos, martas, jinetas) que podrían afectar a las especies cinegéticas (conejos y perdices, básicamente)».
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