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Tras no pocas vicisitudes políticas, el consorcio de la Platja de Palma acordó, por unanimidad, que Margarita Nájera asuma el papel de máxima responsable del proyecto de remodelación de esta emblemática zona turística de Balears; un proyecto pionero en España con el que se quiere revitalizar el atractivo de los destinos considerados maduros o que ya rozan la obsolescencia.

La designación de Nájera, que en los próximos días deberá ser sustituida como responsable de la Conselleria de Treball i Formació, es la evidencia de la importancia y trascendencia que tanto desde Madrid "con la intervención directa del secretario de Estado de Turismo, el mallorquín Joan Mesquida" como desde Palma se le da al proyecto de la Platja de Palma, el cual requerirá una inversión millonaria en el transcurso de la próxima década. Los cambios que se avecinan serán radicales y, lo que es más importante, cuentan con el asentimiento de todas las instituciones implicadas, fuerzas políticas y representantes de los agentes sociales. Cabe desear que este consenso inicial tendrá continuidad en el futuro, con independencia de los cambios políticos que puedan surgir en el transcurso de los próximos años. La política balear no se caracteriza, precisamente, por seguir adelante con las iniciativas heredadas de los adversarios políticos un error que, al menos en el caso de la Platja de Palma, hay que esperar que no se reproduzca.

Hay una coincidencia unánime en admitir que el proyecto de remodelación de la Platja de Palma ha encontrado la persona que debe liderarlo, ahora "el tiempo apremia, y más en la coyuntura actual" empiezan a correr los plazos para comenzar a ver cómo se hace realidad aquello que es un diseño urbanístico y la ilusión de miles de ciudadanos, comerciantes y hoteleros.