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Los centros privados de la zona de la Bahía de Palma acogen, entre todos, a cerca de 4.800 alumnos, apenas un tres por ciento del total de escolares de las Islas. Sus precios son prohibitivos para la mayoría de las familias y entre ellos se hacen la competencia, por lo que se esfuerzan por elevarse del resto y ganarse el prestigio educativo a partir de una enseñanza y unos servicios de calidad y una oferta de actividades extraescolares lo más variada y amplia posible.

En la zona de la bahía de Palma hay seis centros privados, dos de ellos de reciente creación: los colegios Aixa, Llaüt y Aladern (vinculados al Opus Dei), que abrieron sus puertas en el Parc Bit el curso pasado, y el Colegio Àgora Portals (aconfesional, a partir de los valores del humanismo cristiano), que lo hace este año.

La solera se la llevan el Luis Vives (laico), que este curso celebra su 50 aniversario, y el San Cayetano (propiedad de los Clérigos Regulares), que abrió sus puertas hace más de 40.

Otros dos centros privados, de dimensiones más pequeñas que los cuatro anteriores, completan la oferta: el Colegio Scal, activo desde 1988 entre Magaluf y El Toro, y el Colegio Son Verí Nou, una cooperativa que abrió sus puertas en el curso 2003-04.

La dificultad para encontrar plaza en el centro elegido, la voluntad de buscar un determinado entorno o una educación que sobre el papel se vende como de calidad son las razones que llevan a elegir estos centros. Pero todo eso se paga y aún así, aunque estemos en crisis, parece crecer la demanda de plazas privadas. Todos aseguran tener lista de espera.