El Mallorca Western Festival es una celebración que cumple su tercera edición y pese a su 'juventud' ya se ha convertido en un evento reconocido internacionalmente y que cuenta con una dotación en premios en 170.000 dólares, motivo que ha impulsado la llegada de los mejores jinetes de todo el mundo en la especialidad de reining.
El reining es la disciplina reina de la monta western y consiste básicamente en que el caballo responde a las órdenes del jinete sin ser forzado de forma alguna. Tal es la complicidad entre el animal y su dueño que ni tienen contacto con las riendas.
Visualmente es reconocible por la tranquilidad con la que el caballo actúa y por la posición de la cabeza, ya que no va erguido, ni tan tenso, como solemos ver en otros espectáculos hípicos. Se trata de una modalidad de carácter práctico que se utiliza en los ranchos, para pastorear con las vacas por ejemplo. Y pese a su funcionalidad, el reining permite gozar al espectador de un caballo ágil y que realiza acciones y movimientos inesperados, como los famosos 'spins' en los que el caballo gira sobre sí mismo infinidad de veces y a gran velocidad.
Otro reclamo de este espectáculo tiene nombre propio: Jean François Pignon. Un famoso domador que juega con los caballos como si fuesen perros adiestrados. Se tumbarán boca arriba, se arrodillarán, caminarán de lado y sobre dos patas, etc.
La novedad de este año es la participación de los caballos de la Asociación Española de Criadores y Dueños de Caballos de Pura Raza Mallorquina, así como de los caballos que protagonizan las famosas fiestas menorquinas.
Y además, por primera vez participa un jinete mallorquín. Se trata de Pedro Llinàs, de Can Just.
Alex Cabot
Foto: Sebastián Amengual
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