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s la madre de todas las cenas a la fresca que se celebran a lo largo y ancho de la Isla. Poder degustar los tradicionales fideus del vermar invitado a la mesa de algún binissalemer es ya una cita ineludible que marca el fin del verano en la Part Forana de Mallorca.

La afluencia de público es tal "18 mil personas ayer noche pese a la amenaza de lluvia" que incluso Serveis Ferroviaris amplía el servicio de tren para facilitar la llegada de los comensales y evitar así un colapso completo a la llegada al pueblo. El Ajuntament de Binissalem, totalmente desbordado, habilita además cinco fincas como aparcamientos.

El sopar a la fresca de Binissalem copa todas las calles del pueblo. La demanda es tal que incluso hay calles en las que se instalan hasta tres filas de mesas gigantescas para poder satisfacer la demanda. Los vecinos se ponen de acuerdo para hacer la comida y el Ajuntament es el encargado de poner el vino, y lo cierto es que no resulta fácil dadas las cifras que ya se manejan.

La crisis ha hecho que este año los asistentes se repartieran una botella para cada cinco comensales cuando en la pasada edición había una para cada cuatro. l Elena Ballestero
Fotos: Nuria Rincón