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Pasar un día en tierra ofrece a los cruceristas que visitan el puerto de Palma un amplio abanico de posibilidades que forman parte del programa del viaje.

Muchos de los que deciden pasar unas vacaciones en el mar llegan al punto de tomarse la fórmula tan al pie de la letra que incluso renuncian a bajar a tierra durante las escalas. Se trata de una parte minoritaria del pasaje, que en muchos casos ya conocen la Isla o que prefieren continuar disfrutando de las instalaciones a bordo antes que bajar a tierra.

Los que optan por esta alternativa, que representa por regla general el noventa por ciento del total, eligen desde excursiones organizadas a ir por libre. El crucerista es el turista que realiza un mayor gasto en tierra.

El jueves es el día de la semana que registra, por regla general, un mayor movimiento de cruceristas, con una marca establecida este año en diez mil turistas en tránsito. Se trata por lo que concierne a los horarios, de una jornada atípica, ya que si bien normalmente los cruceros llegan a primera hora de la mañana y zarpan a media tarde, este día la llegada masiva de visitantes se produce al mediodía y se prolonga hasta medianoche.

En total, pues, tanto unos como otros invierten una media de ocho o diez horas en Mallorca. Una presencia que se nota especialmente en el Casc Antic en torno a la Catedral. Las excursiones más solicitadas, por su parte, son las de Valldemossa, las cuevas de Porto Cristo y algunas nocturnas con cena espectáculo. A pie de muelle les espera una larga hilera de autocares que pueden llegar a recoger mas de dos mil turistas
Nada más bajar a tierra y recorrer a pie la larga pasarela elevada de paso obligatorio por razones de seguridad, los cruceristas llegan a la estación central, número dos, si el buque atraca en los muelles de Peraires. Allí les espera una fila de taxis, el bus turístico, de gran aceptación, o incluso alguna galera. Otros, los más vigorosos, emprenden el camino a pie en dirección al puente de Peraires o el Passeig Marítim.

Los viajes de crucero están auge, como demuestra el hecho de que este octubre se haya batido el récord de visitas.

Gabriel Alomar