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LAURA MOYÀ La crisis está afectando a personas que, hasta ahora, nunca habían necesitado ayuda, sobre todo a las familias inmigrantes con permiso de residencia y trabajo habitual y a las familias monoparentales (mujeres solteras con hijos y solteros). Ésta fue la principal conclusión de la segunda jornada sobre el futuro de los servicios sociales, cuyo lema fue Els serveis socials i la crisi econòmica. El encuentro, organizado por el Institut Mallorquí d'Afers Socials (IMAS), se celebró ayer en el Centre Tecnològic Can Domenge y participaron más de 200 personas.

Las ponencias y mesas redondas trataron diferentes temas, desde L'impacte de la crisi en les persones més vulnerables hasta La resposta de les entitats no lucratives a la crisi, pasando por las Respostes dels serveis socials públics a la crisi o La crisi econòmica i el finançament de la Llei de la Dependència.

El presidente del IMAS, Jaume Garau, fue quien presentó las conclusiones del encuentro. Según Garau, «la crisis supone una oportunidad para imponer un nuevo modelo de servicios sociales», aunque «ralentizará su creación» porque «habrá que dedicar esfuerzos a dar solución a las respuestas urgentes que surjan». La coyuntura actual también permitirá «impulsar un sistema de prevención y mejorar la coordinación interinstitucional». Un nuevo sistema que «no debe caer en el asistencialismo ni volver a la beneficencia», aseguró el presidente del IMAS.

Otro de los cambios que provocará la crisis será que hará posible «la puesta en marcha un nuevo modelo de crecimiento sostenible para Mallorca». Sin embargo, la respuesta «no debe venir sólo de las instituciones públicas y privadas que se encargan de los servicios sociales», sino que «deben implicarse todos los colectivos y departamentos».

Otro de lo aspectos que se apuntó fue «las dificultades que viven las entidades no lucrativas». También se trató el tema de «la necesidad de mejorar la financiación de las administraciones locales» una vez que «se haya mejorado la financiación de las comunidades autónomas», en palabras de Garau.