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Los ingenieros de la empresa Avalua que hicieron un informe sobre los espectáculos con detonaciones junto a la Seu por encargo del Consell midieron ayer el ruido del montaje piromusical con el que finalizó el Atiarfoc de Sant Sebastià. Este año, el pico más alto de ruido llegó a los 96 decibelios y los cristales del rosetón mayor de la Catedral no vibraron apenas.

Así se lo explicaba ayer por la noche, al finalizar el espectáculo piromusical, Bartolomé Bennássar, aparejador diocesano, quien acompañó a los expertos de Avalua durante las mediciones. «Este año se portaron mejor que el pasado, pero sigo pensando que éste no es el mejor lugar para hacer este tipo de cosas». De los 94 decibelios máximo que se contabilizaron en las pruebas de hace unos días, a los 96 de ayer, la Patrulla Verda del Ajuntament de Palma achaca esta diferencia a la música, que no hubo entonces, según informaron desde Cort.