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A. CABOT «Se ha incrementado la demanda de los Ciclos Formativos y este año mismo ha habido mucha gente que se ha quedado fuera», explica el jefe de estudios del instituto de F.P. Fray Junipero Serra, Xavier Andrés.

El ciclo de grado superior de Automoción es uno de los que ha visto aumentada su demanda. Los que hoy estudian este ciclo lo hacen por que les gusta mucho o porque han visto la posibilidad de progresar en su profesión (puede haber un motivo por cada estudiante), pero todos coinciden en que es un buen momento para trabajar de mecánico.

En los últimos datos del Junipero Serra constatan que los estudiantes de mantenimiento de vehículos autopropulsados tiene un índice de ocupación que ronda el 90% . Este porcentaje será al alza en 2009, pues, tal y como resume Xavier Andrés: «La crisis ha hecho de disminuyan las ventas de los vehículos nuevos y la gente está optando por alargar la vida de sus coches en vez de cambiarlos».

Los estudiantes de segundo de Automoción (el ciclo cuenta de dos cursos, incluidos tres meses de prácticas en empresas) dedican más tiempo a la teoría que los de primero, pero aun así trabajan en algunos de los cinco talleres con los que cuenta el Junipero Serra.

En el taller de Sistemas de Transmisión y Fuerza, donde se aprende lo relativo a la amortiguación, dirección y caja de cambios, «lo que se denomina el tren del coche», cuentan algunos de los motivos que les han llevado a estudiar: Gabriel Burguera trabajaba como mecánico en un taller de coches, pero decidió que necesitaba aprender más. Ahora sólo trabaja «unas horas», el resto del día lo dedica a estudiar, con tal de «poder ganar un mejor sueldo» asegura. A la vez que sus compañeros lo afirman con la cabeza.

Para Felipe Barceló el ciclo superior es «más técnico» con lo que espera que «podamos crecer más dentro de la profesión». «Cada vez hay más trabajo» apunta Frederic, quien ya trabaja para la casa MAN.

Ya con el curso de primero, que se encuentra manos a la obra en el taller de «elementos fijos y movibles no estructurales», su profesor recuerda que «en el instituto trabajamos con coches que están dados de baja, pero cada vez es más difícil encontrar», por lo que trabajan con coches de los alumnos. Ya sea para 'resucitar' algún que otro automóvil antiguo o para poner a punto los que usan diariamente.

Tomeu se encuentra arreglando la puerta de «un 600» que ronda «los cuarenta años». Tomeu quita el óxido a la puerta para luego darle masilla y pintarla. «Lo hago por hobby» dice, ya que él es estudiante de Pedagogía y «sólo me quedan un par de asignaturas para terminar». Cuando se le pregunta a Tomeu de qué trabajará en el futuro: «De lo que encuentre», responde tranquilo.

Jaume también estudia primero de Automoción y ha aprovechado la clase práctica para llevar su Seat León y hacerle un pequeño arreglo, pues tienen el auto elevado y tanto él como unos compañeros tratan de desatascar el catalizador. «Cualquier coche es bueno para que aprendan a trabajar de la mejor forma», recuerda su profesor.