El Che se casó con Aleida March, con quien tuvo cuatro hijos: Camilo, Hilda, Celia y Ernesto, padre de Rocío.

TW
0

Rocío Guevara es nieta del Che. La encontré la otra tarde en Palma y estuvimos charlando durante un rato de su abuelo. Pero con una condición: sin fotos. «No quiero que la gente, al conocerme, me vaya parando por ahí. Como mucho, te mando una foto, siendo yo bebé y estando en brazos de mi padre, Ernesto, el último hijo del Che», me dijo.

Rocío no está muy de acuerdo de cómo el Che llevó a cabo algunas de sus ideas. «No apruebo la violencia, ni la guerra, pero como a todo hay que mirarlo en el contexto, entiendo que en toda revolución hay guerra de guerrillas; o mueres tú o muere el otroÂ… Al menos eso era lo que sucedía en aquellos años. Hoy haría la revolución de otro modo. ¿Por qué? Porque yo pienso de otra forma... aunque en ese tiempo entiendo que la revolución se hacía como él la hizo».

Entiendo que gustara tanto
Hablamos de Fidel. De la amistad del Che con Fidel. De la obediencia y lealtad de aquél hacia éste. Pero, ¿al final, trató bien Fidel a su abuelo? «De Fidel no quiero opinar, y mucho menos en esta cuestión en la que hay mucha polémica. Tan sólo decir que mientras Fidel es un político, mi abuelo no lo era; él luchaba por lo que creía. Los políticos son diferentes, piensan de otra manera y juegan sus cartas. Hoy, mi abuelo, si formara parte de cualquier gobierno del mundo, probablemente estaría en contra de todos sus compañeros precisamente por fidelidad a sus ideas y promesas»

Le comento a Rocío que camisetas, banderas, carteras, etc., con el rostro del Che captado por Korda aquella mañana que se había citado con Jean Paul Sartre en La Habana, mucha gente ha hecho negocio con su imagen. En la Higuera, quien más quien menos, a la hora de hablar de él, pedía dinero a cambio, si no, se quedaba callado. Rocío asiente. «Sí; se ha hecho negocio con él, como se ha hecho negocio con otras personas que son importantes. Siempre existe el que quiere comer de esa persona o que quiere aprovecharse de su fama. Yo, desde luego, tengo muy claro que no quiero sacar provecho de lo que fue ni de lo que hizo mi abuelo».

Hablamos, cómo no, de su abuela, Aleida March Torres, la mujer del Che, madre de cuatro hijos: Aleida, Camilo, Celia y Ernesto, el padre de Rocío. Una mujer que sólo habló del Che en un libro, Evocaciones. «Todo lo que pueda decir de él ahí está escrito», les dijo a los periodistas. Un libro en el que habla, muy por encima, de sus orígenes, guajira blanca, y de sus antepasados, a los que coloca en Catalunya. Y del Che, naturalmente. «Mi abuela es una gran mujer que tuvo que pasar por muchas situaciones difíciles, ser la mujer del Che no es fácil, no sólo por las historias que contaron de él, sino también por sus ideales, que los anteponía a todo, incluso a su propia familia», asegura Rocío.

«¿Te has hecho una idea de cómo era tu abuelo?». «Muy guapo. Por ello entiendo que gustara tanto. Ver un hombre tan él, tan especial, tan luchador, gusta a cualquiera».

También ha oído decir que no era muy amigo del agua y del jabón; por ello le llamaban Chancho, cerdo en el argot guajiro. «Creo que los jóvenes de aquellos años se medían viendo quién tardaba más en ducharse. De cualquier modo, el Che no fue muy aseado, y estando en el monte, como guerrillero, menos todavía».

Rocío vivió en La Habana hasta poco antes de cumplir 10 años. «Allí, sobre todo cada vez que ibas a algún sitio, levantabas cierta expectación, ya que eras la nieta del Che, al que siguen queriendo mucho. Y por ello, como por ser también la nieta de Fidel, con quien coincidí en el colegio, hace que el trato sea diferente».

Ahora vive en Mallorca con su madre. Mi padre, que es abogado, vive en Cuba. Le veo a menudo, al igual que a mis primos, mis tíos y abuela».
De las dos últimas películas sobre el Che, sólo ha visto la primera. «Me ha gustado, sobre todo por su objetividad. No lo presentan como un héroe, sino como lo que fue». lPedro Prieto