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Un estudio interno del Consell de Mallorca, elaborado por el departamento de Cooperació Local, constata que, en los últimos años, los ayuntamientos, y especialmente los más pequeños, se han lanzado a «una carrera de equipamientos» que luego no pueden mantener y que ahogan su ya de por sí limitada capacidad financiera.

El estudio detalla que se ha registrado una «proliferación de polideportivos y piscinas cubiertas» y una «inflación descontrolada de infraestructuras» y propone una serie de actuaciones, en las que incluye una reordenación del mapa municipal de Mallorca; el agrupamiento de servicios comunes y la creación de dos nuevas mancomunidades de municipios: una que podría demominarse Badía (y que agruparía a Andratx, Calvià, Llucmajor, Palma y Marratxí) y otra que recibiría el nombre de Llevant y que incluiría a Manacor, Sant Llorenc des Cardessar, Son Servera y Capdepera.

En la actualidad, hay constituidas seis mancomunidades en Mallorca a las que, según el estudio, no se les saca el provecho que podría suponer la gestión conjunta de determinados servicios y equipamientos.

Un apartado del estudio analiza lo que considera como «un caso paradigmático de esta dinámica». Alude a las piscinas cubiertas y constata que son «carísimas y una fuente inagotable de gastos», y a infraestructuras que podrían ser mancomunadas y no lo son, «como los teatros, salas de conciertos o de exposiciones». Se construyen con fondos del Consell de Mallorca o del Govern pero luego su mantenimiento corresponde a los ayuntamientos. «Y ahí es donde empieza el problema», ha explicado a este diario Miquel Rosselló, que ha iniciado una ronda de contactos con los ayuntamientos para buscar soluciones a esta forma de actuar.

Competencias comunes
El estudio, elaborado por encargo del Observatori de Políticas Locals, ve una salida: que determinadas cuestiones sean competencia de las mancomunidades, incluida la Policía Local.

El estudio propone la creación de policías locales mancomunadas; un servicio mancomunado de transportes, concretamente de taxis (siguiendo el ejemplo de Menorca); y la gestión compartida del servicio de Protección Civil, el de eliminación de residuos procedentes de obras, y el de disciplina urbanística, espectáculos y ocio nocturno.

En relación al servicio común de taxis y al ocio nocturno, el estudio da cuenta de que «en determinadas zonas de la Isla son habituales los desplazamientos nocturnos entre pueblos y núcleos de poblaciones, especialmente de jóvenes y durante los fines de semana». La propuesta concreta es que «las mancomunidades correspondientes podrían encargarse y gestionar ciertos tipos de transporte colectivo, según el modelo de 'bus nocturno' de Palma o de subvencionar el uso compartido de los taxis, siguiendo el modelo que implantó en el pasado el consistorio de Calvià».

En relación a las mancomunidades, además de la creación de las de Badía y Llevant, el estudio (pendiente de su publicación en forma de libro) sugiere una reconfiguración de la llamada mancomunidad de Tramuntana, que podría dividirse en dos submancomunidades.

El informe , además, considera que el funcionamiento de la mancomunidad Nord requiere «una profunda reflexión sobre su propia existencia».