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MÓNICA GONZÀLEZ

El Centre d´Ensenyament Superior Alberta Giménez, adscrito a la UIB, celebró ayer la ceremonia de graduación de la primera promoción de Periodismo y Comunicación Audiovisual. En la misma ceremonia se graduó también la 35 la promoción de Magisterio.

En total, 111 jóvenes recibieron sus becas y diplomas en un acto sencillo y emocionante, que contó con la asistencia del vicerrector primero de Planificación y Coordinación Universitaria de la Universitat de les Illes Balears, Martí March.

La ceremonia comenzó a las ocho de la tarde con una eucaristía presidida por monseñor Lluc Riera, vicario general. Al acabar la misa, la directora titular del centro, Carmen Teresa Vilar, inauguró el acto académico y en su intervención recordó las más de tres décadas que lleva el centro formando maestros, «por lo que ya somos un referente», y expresó su emoción por la primera promoción de periodistas y graduados de Comunicación Audiovisual, a los que instó a comprometerse con «la verdad, que es lo que debéis transmitir en vuestro trabajo».

A continuación, se realizó la imposición de becas y la entrega de diplomas a todos los alumnos que han finalizado sus estudios. El vicerrector de la UIB felicitó a los nuevos graduados, palabras que dieron paso al concierto de la Coral de CESAG. El acto fue clausurado por Lluc Riera, en representación del obispo, presidente de la titularidad del centro, y el Gaudeamus Igitur puso el punto y final.

Los alumnos disfrutaron de la fiesta acompañados de sus familiares. Entre ellos, los mejores de sus promociones: Verónica Sáez en Periodismo y Jaume Carrió, en Comunicación Audiovisual. Verónica ya sabe lo que es ejercer de periodista, ha hecho prácticas en varios medios locales y ahora que empieza su vida laboral 'de verdad', «en principio me decanto por la tele». Asegura que «empecé arquitectura en Barcelona y lo dejé; en cuanto supe que se impartía Periodismo en Palma, no lo dudé y ahora estoy muy contenta de haberlo hecho».

Estudiar Audiovisual era el sueño de siempre de Jaume «y ya casi había perdido la esperanza, porque no me podía marchar fuera. Y por fin, la implantaron». En su currículum ya figuran un par de cortos y otros trabajos que, a decir de sus profesores, «prometen mucho».