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G. V./P.C. La denuncia formulada por uno de los principales implicados en el 'caso Scala' y concejal (ex del PP) en el Ajuntament de Lloseta, Felip Ferré, apunta directamente a la cúpula de la Conselleria de Turisme durante la pasada legislatura a la que acusa de «pagar facturas falsas porque querían quedar bien con el sobrino del presidente». Ferré es sobrino político del ex president Jaume Matas.

El relato de Ferré detalla que «a raíz del 'caso Rasputín' en todos los viajes que hacía Flaquer con su gabinete siempre iba una empresa que se llamaba Espiral», la cual pagaba «todos los gastos que generaba el conseller y su gabinete (cenas y copas) y luego lo metía en la factura que emitía contra Ibatur por conceptos falsos para que así no les pillasen ningún ticket». Espiral tiene interpuesta una demanda contra Ferré por el impago de una factura y su director, Guillem Deyà, negó la veracidad de la denuncia.

Ferré comenta que Raimundo Alabern, director general del Ibatur en la pasada legislatura, le sugirió que pagase los gastos de «copas y salidas nocturnas en China», pero él se negó «y entonces llevaron a Guillermo Deyà, que era el propietario de Espiral». Además, añade que «todos los contratos de 12.000 euros» del propio denunciante «y de otros en el Ibatur son a dedo».

Cardona enfadado
«El conseller Cardona estaba rabioso porque el Ibatur le había quitado el proyecto Honey Moon (concurso televisivo de promoción de Balears como destino de parejas chinas recién casadas), y como Cardona, Viaene y Ordinas también cobraban comisiones de las facturas de Gourmet hacia el Ibatur también las hinchaban muchísimo más de lo normal», dice Ferré, el cual indica que «Flaquer y Alabern sabían que las facturas de Gourmet contra Ibatur eran falsas y a pesar de eso las pagaban». En este sentido argumenta que «los conceptos de las facturas se me daban hecho y se las daba a Alabern, como también hacía Ordinas con las facturas contra el CDEIB».

La denuncia de Ferré, que asegura haber mantenido reuniones en sus respectivos despachos con Flaquer y Alabern, implica a más directivos de la Conselleria de Turisme en la pasada legislatura.

Así dice que «Xisco Salas, del Ibatur, me pidió comisiones, pero me negué ya que no quería entrar en esta dinámica».
El relato de Felip Ferré incluye algunas acusaciones directas contra la gestión del Ibatur ya que, según él, «las facturas de la empresa Comarca son falsas ya que el soporte del trabajo lo daba Turespaña» y argumenta que Flaquer y Alabern las aceptaban «porque querían quedar bien con el sobrino del presidente» (él mismo).