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«La situación es de agonía, de estrés, de nervios». Con estas palabras define el presidente de la Asociación de Comerciantes y Empresas de Servicios Turísticos de Mallorca (Acotur), Pepe Tirado, el difícil momento por el que están pasando los souvenirs. En este sentido, argumenta que las ventas se han reducido más de un 50 por ciento en lo que va de año, respecto al mismo periodo de 2008. «La recaudación diaria de un souvenir el año pasado no bajaba de los 800-1.000 euros y este año para hacer 200-300 euros tenemos que trabajar entre 14 y 16 horas diarias», explica.

Artículos baratos

En este sentido, Joan Canals, que regenta tres souvenirs de Palma, explica que el 80 por ciento de los clientes compra artículos baratos, que oscilan entre 1 y 3 euros; mientras que antes hacían ventas de 20-30 euros. «Tienes que trabajar y sudar durante todo el día para hacer caja», explica. Además, añade que ha tenido que prescindir de algunos trabajadores y realizar él más horas.

En relación a esto último, el presidente de Acotur señala que la difícil situación por la que atraviesan los souvenirs les ha obligado a reducir la contratación, por lo que los propietarios tienen que trabajar más horas. Tirado calcula que este año hay entre 16.000 y 18.000 trabajadores menos en los souvenirs que hace un año. «Cada establecimiento ha suprimido uno o dos empleados; se quedan el dueño con su cónyuge o un familiar haciendo más horas que un reloj», sostiene. Además, añade que una prueba del descenso de empleo en el sector es que «cuando pedimos un empleado a SOIB (Servei d'Ocupació de Balears) nos mandan a 15 ó 20 personas, mientras que antes no venía ninguna. Además, mucha gente nos trae currículums cada día».

El presidente de Acotur sostiene que «cuando un hotelero estornuda, nosotros llevamos pulmonía». De este modo, el descenso de turistas ha provocado que entre un 10 y un 15 por ciento de los souvenirs de Mallorca no hayan abierto esta temporada, mientras que entre un 15 y un 20 por ciento «trabaja con el cartel de se traspasa, se alquila o se vende». Las zonas más afectadas son Magaluf, Santa Ponça, s'Arenal, Platja de Palma y Cala Millor.

Tirado no es optimista de cara al futuro más inmediato y prevé que entre un 20 y un 30 por ciento de los souvenirs tendrán que cerrar a final de temporada si no les bajan el alquiler de los locales.

Los propietarios de los souvenirs coinciden en señalar que aunque ahora hay más turistas que en primavera «compran muy poco» y, por lo general, cosas de poco valor. Además, aseguran que «la crisis no sólo afecta a España», sino que todos los países de la Unión Europea atraviesan por una situación económica complicada.