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Es la escuela más pequeña de Mallorca. Y no solo por el tamaño, dos aulas, sino por el numero de alumnos, siete.

Nos estamos refiriendo a la escuela publica Gabriel Palmer, de Estellencs.

Sin embargo, y pese su pequeñez, cuenta con todos los elementos de cualquier escuela: aulas, patios de recreo, arenario y parque con juegos.

Los siete niños, de acuerdo a la edad, están distribuidos en dos aulas. La de Infantil, con cuatro, y la de Primaria con tres. Al frente de cada aula hay una maestra.

Todos son niños de Estellencs. De ellos, uno es hijo de padres filipinos, otra de colombianos y un tercero cuyos padres son sudamericano y mallorquín; del resto, sus padres son mallorquines.

Llegamos al centro a la hora del recreo. Once de la mañana.

Los críos juegan en el arenario, unos con cubos y paletas y otros intentando hacer un túnel en el montículo que han construido. Las dos maestras, sentadas cerca de ellos, están pendientes de lo que hacen. Son niños-al menos a simple vista- educados, con buen humor, obedientes, ordenados y que no precisan chillar para imponer su criterio o hacerse entender. En orden han ido a buscar los cubos y las palas a un compartimento donde los dejarán una vez finalizado el recreo. Es evidente que en todo esto influye que sean pocos alumnos por maestro, lo que convierte la clase en casi una clase particular, con una educación prácticamente personalizada, lo cual se traduce en mejores resultados, tanto en el campo de la educación como en el de la instrucción.

En las aulas todo está en orden. Tampoco muy grande, tienen una mesa en el centro, a cuyo alrededor se sientan cómodamente los críos, una pizarra, estanterías, una tele, buena luz...

Según nos cuenta una de las profesoras, el centro se rige de acuerdo a las normas establecidas por la Conselleria. Todas las áreas se dan en catalán, y entre las asignaturas está la de catalán. El horario es de nueve de la mañana a dos de la tarde.

Ni que decir tiene que las relaciones entre padres y profesores son excelentes. Aquellos pueden acercarse al centro a preguntar por sus hijos dentro de los horarios de visita establecidos.

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