Con la paz por bandera arribó ayer a Palma el velero Zamná, (dios maya del conocimiento), un trimarán de construcción artesanal tripulado por doce amigos y un perro en una travesía de cinco meses de duración desde su base en México.
Una singladura que partió de Cozumel, la isla de la paz, para llegar hasta Grecia pasando por Nueva York y varias ciudades españolas antes de zarpar de nuevo rumbo a Ostia (Roma) en un acto de hermanamiento entre dos de las más grandes cunas de la civilización, la mediterránea y la mesoamericana. Así lo indica su alma mater, el capitán Vital Alsar, un navegante de 76 años quien, junto al niño Juan Pablo Tec, son los embajadores del proyecto auspiciado por Rotary Internacional.
«Esta travesía he querido además vincularla a Colón, como un homenaje, cuyo origen era mallorquín, y concretamente de Felanitx. Este es el sentimiento que tengo después de leer el libro de Costa Amic. El también llevo un mensaje de paz», indica Vital Alsar, quien recalca que «Esta travesía también es en honor de todos esos soldados que ponen en peligro su vida día a día por mantener la paz, por los organismos y grupos de misioneros que padezcan hambre, enfermedades alimentando a comunidades pobres en Àfrica y Latinoamérica. El objetivo es lograr izar la bandera de la paz en las escuelas del mundo y promover la cultura de la paz entre los más pequeños».
Por su parte, Juan Pablo Tec destacó su deseo de «un mundo mejor, de paz y amor. El acto oficial de recibimiento del barco, organizado por el Real Club Náutico en presencia del conseller de Cooperació Local del Consell de Mallorca, Miquel Rosselló; la cónsul de México, Ana Moreno, y Helena Quintana en representación del Ajuntament de Palma, entre otras autoridades civiles y militares, estaba previsto en el Moll Vell, donde por la mañana había acudido además un grupo de 35 niños procedentes de los centros de acogida Padre Montalvo y Ses Minyones, pero sus dimensiones y calado en un enclave estrecho determinaron su permanencia en la bahía hasta que la Autoritat Portuària le concedió un atraque más fácil en la primera alineación del dique del oeste, donde hoy quedará abierto al público en acceso controlado por grupos a las 11.00 y a las 17.00.
Este velero ha sido diseñado como un híbrido histórico recopilando elementos característicos de distintos pueblos y sobre la cubierta posee tres cabañas en honor a la cultura maya, la inca y la de los indios de Norteamérica. Con 33 metros de eslora por 6'7 de manga, posee un aparejo compuesto por tres mástiles con aparejo de velas cuchillas y una cuadra, donde a una altura de 21 metros ondean las banderas de la Paz y de Rotary Internacional. A proa lleva una paloma con las alas extendidas y su construcción se ha realizado con distintas maderas tropicales.
Gabriel Alomar
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