El derrumbe del edificio de la calle Rodríguez Arias, que se cobró la vida de siete personas el pasado 26 de octubre, ha hecho saltar todas las alarmas en la capital balear. Los palmesanos tienen miedo de ser víctimas de una catástrofe como la de Camp den Serralta y cualquier grieta o deterioro, que hasta ahora había pasado inadvertido puede llegar a generar una auténtica psicosis entre la población. Una prueba de ello es que se han cuadriplicado el número de llamadas solicitando información sobre temas urbanísticos; desde el pasado 26 de octubre el Ajuntament ha recibido unas cien consultas.
En concreto, cada día se registran unas 15 llamadas pidiendo información sobre la Inspección Técnica de Edificios (ITE) y unas 5 consultas en persona. En relación a los expedientes que se han abierto para pasar las ITE, cada día se registran unos 12 mientras que lo habitual eran 1 ó 2 a la semana.
Otro datos significativo es que desde que se derrumbó el edificio de la calle Rodríguez Arias se ha producido 40 denuncias, 30 de ellas nuevas y 10 reiteradas.
Desde el Ajuntament de Palma insisten en que es responsabilidad de los propietarios garantizar el buen estado de los edificios. En este sentido, añaden que no es necesario que todas las reformas pasen por el consistorio, ya que directamente pueden de llamar a un técnico o un arquitecto, que es lo que ordenará Cort en caso de que se confirme el mal estado del edificio. «El Ajuntament está para temas más graves que puedan ocasionar un problema a terceros», sentenciaron.
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