«Me puse a escribir Cartas que siempre esperé después de conocer a un funcionario de Correos que trabajaba en el departamento de Cartas Muertas, que es aquella sección -hoy extinta- donde iban a parar las misivas que no pudieron entregarse ni devolverse porque no se conocía ni su destinatario ni su remitente.
«Cartas que siempre esperé es mi mayor apuesta. La literatura continúa en mi vida cinco años después», comentó Maria de la Pau Janer a los periodistas, mallorquines y del resto del Estado, que ayer se desplazaron hasta Pollença con motivo de la presentación oficial de la novela, que ya lleva una semana en los estantes de las librerías españolas. En Pollença, Janer visitó algunos de los escenarios donde transcurre la mayor parte de la acción (el Calvari, el claustro y el convento de Sant Domingo o la iglesia dedicada a la Mare de Déu dels Àngels), aunque también aparecen el municipio de Llubí y el centro antiguo de Palma. Con esta novela, Janer retorna a las raíces, posicionado de nuevo su Mallorca natal como escenario de la trama tras recorrer Roma con la exitosa Pasiones Romanas. La autora mallorquina se ha encargado también de escribir y traducir la versión castellana y catalana del libro.
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