Un momento de la ofrenda floral celebrada ayer al mediodía en Palmanova. Al fondo, a la izquierda, los padres de Diego Salvà. | M. À. Cañellas

TW
11

«Es un día igual de duro que el resto porque, simplemente, es otro día más sin Diego», con estas palabras mostraba su estado de ánimo ayer Monserrat Lezaún, madre de Diego Salvà, uno de los guardias civiles asesinados por ETA en Palmanova, durante el homenaje que se celebró en el cuartel de la guardia civil al cumplirse un año del atentado con bomba lapa que ocasionó la muerte de los agentes Diego Salvà y Carlos Sáenz de Tejada.
El 30 de julio de 2009 será recordado como trágico en Mallorca, ya que ETA asesinaba con una bomba-lapa a los dos guardias civiles en Palmanova, 34 horas después de buscar una masacre con un atentado contra una casa cuartel en Burgos. Los dos agentes fallecieron en el acto; el vehículo quedó destrozado, pero los etarras ya habían escapado a pesar de que Delegación de Gobierno cerrara el aeropuerto y los puertos con la esperanza de capturarlos. No fue posible.
Con motivo del aniversario de la muerte de Diego Salvà y Carlos Sáenz de Tejada, se celebró ayer en el cuartel de la guardia civil un sencillo homenaje en el que participaron familiares, amigos y compañeros de los dos agentes fallecidos y con los padres de Diego Salvà, Monserrat y Antonio, a la cabeza y sin la presencia de los padres de Carlos Saénz de Tejada, que viven en la Península y prefirieron no desplazarse hasta Mallorca. Junto a ellos, un grupo numeroso de guardias civiles procedentes de todos los cuarteles de Mallorca y que acudieron por propia voluntad.
Un homenaje en el que se echó en falta la presencia del delegado del gobierno, Ramón Socias, o de algún miembro del Govern balear, que no fueron invitados; así como la del jefe de la Comandancia General de Guardia Civil, Basilio Sánchez Rufo, que no pudo acudir por problemas de agenda.
El acto en el cuartel consistió en el descubrimiento de una placa en honor de los dos fallecidos, que recuerda su labor por la libertad y «su sacrificio que no será olvidado»; así como la colocación de unas coronas de flores por parte de los hermanos de Diego Salvá y otra corona de laurel a cargo de dos agentes.
Paralelamente al homenaje oficial, Falange Española realizó una ofrenda floral a las víctimas y simpatizantes de Democracia Nacional se reunieron con banderas del partido delante de la iglesia de Palmanova, donde se celebraba una misa en memoria de los fallecidos y a la que acudieron los familiares más cercanos.
Memoria
Monserrat Lezaún, madre de Diego Salvà, pidió al finalizar el homenaje que «nadie se olvide de lo que ocurrió en Palmanova hace un año» y pidió a todos los jóvenes «que vivan la vida como si cualquier día fuera el último».
Además, Lezaún señaló que se mostraba satisfecha de las mejoras en las medidas de seguridad en el cuartel donde había trabajado su hijo pero prefirió no entrometerse «en cosas que son temas políticos» como la seguridad y el acercamiento de presos de ETA porque ella, apostilló, es «solo una madre que ha perdido a su hijo de una manera que nadie desearía».