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Balears sigue siendo una de las comunidades menos envejecida (con un 13,97% de mayores de 65 años), gracias al fenómeno de la inmigración, y además es la comunidad con mayor porcentaje de población extranjera (un 21,87%), doblando casi la media nacional (12,16%).


Así lo indica el Anuari de l´Envelliment. Illes Balears 2010, elaborado por la Càtedra d´Atenció a la Dependència i Promoció de l ´Autonomia Personal de la UIB, y presentado ayer por la consellera d´Afers Socials, Fina Santiago, y la directora de la mencionada Càtedra, Carmen Orte, quienes reconocieron que pese a no tener una población envejecida, cada vez es más necesario trabajar y aportar recursos para abordar el sobreenvejecemiento (a partir de los 80 años).


Y es que este anuario contiene diversos estudios que ponen en evidencia algunas carencias del sistema, como la «manifiesta falta de recursos geriátricos especializados en las Islas».


En esta misma línea, otro trabajo resalta que «un hospital como Son Dureta no se pensó para atender a personas mayores, cuando hoy los mayores de 65 años ocupan el 60% de los ingresos, y la mayoría de ellos son mayores de 75 años». Por tanto, explicó el doctor Jordi Forteza-Rey, coordinador del Servei de Medicina Interna de Son Dureta, «debemos adaptar el modelo hospitalario a esta realidad. El actual sistema está desbordado por el envejecimiento de la población y el dolor crónico». Un dolor crónico que afecta a un 30% de la población adulta y especialmente a las mujeres», apuntó Pedro Montoya, catedrático en Psicobiología.


El anuario aborda también el problema del maltrato en las mujeres de 65 años, pues aunque sólo entre el 1 y el 4% de los casos conocidos afectan a este colectivo, «la verdad es que la proporción de asesinatos entre mujeres mayores es mas alta de lo que dicen las cifras de denuncia», aseveró Orte. Además, añadió, «los recursos no están especializados en mujeres mayores, ni tampoco las terapias».


Pensiones


Por último, el trabajo de Antoni Comas, director provincial de la Tresoreria General de la Seguretat Social, aboga por reforzar el sistema de pensiones, «pero sin dramatizar los cambios y las reformas necesarias».