La frialdad es la sensación que transmite la respuesta que el obispo de Mallorca, Jesús Murgui, remitió el pasado 21 de diciembre al ya ex sacerdote Jaume Santandreu, que el pasado día 11 de este mes ofició su última misa, pocos días antes de celebrar el cincuenta aniversario de su ordenación, en la parroquia de Sant Francesc de Paula de Palma.
«Me ha sorprendido la frialdad y la distancia de la carta del obispo. Me dejó helado. Nunca despediría una madre a un hijo de esta manera», confesó ayer el ex sacerdote, el cual advirtió con cierta sorna que «yo no le di permiso para tutearme».
La carta de Murgui de la impresión que corrobora las palabras de Santandreu en la misiva que le remitió para comunicarle su decisión: «Una relación mínimamente humana no puede funcionar sobre una desconfianza mutua». De hecho, el obispo le recuerda al ya ex sacerdote que le corresponde a él «iniciar, si quieres, el proceso de dispensa de las obligaciones de la ordenación».
Recordatorio
No obstante, el obispo Murgui considera recordarle a Santandreu que «en tu situación y como consecuencia de haber dejado el ministerio, no se puede ejercer este ministerio sacerdotal ni se pueden celebrar los sacramentos».
Finaliza, de este modo, la tormentosa relación que desde hace décadas ha mantenido Jaume Santandreu con la jerarquía esclesiástica de Mallorca, la cual no ha dudado nunca en hacer pública a través de los medios de comunicación.
2 comentarios
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Efectivamente, Jaumet, deja ya DE DARNOS LA TABARRA... y mejor que te calles...???
Jaume Santandreu ha dejado a su Madre espiritual que era la Iglesia. Que no se queje del trato frío y distante con una advertencia, ya que conociendo su histrionismo, algún día inesperado se descolgará (es lo que piensan en el Obispado)oficiando alguna ceremonia religiosa que no le corresponde, por renuncia, ya que nadie le ha expulsado del seno materno. Santandreu, que incluso ha abusado de su condición de clérigo, repasando su dilatada vida y milagros, debe tener en cuenta que en una entrevista en Telenova, si mal no recuerdo el nombre, que le hizo Raphael Ferrer, en el último instante del diálogo dijo claramente que el anterior obispo era UN HOMOSEXUAL REPRIMIDO y basta leer su libro CATEDRAL AMB ARMARIS para confirmar esta obsesión episcopal ya que mete en el mismo saco de su homosexualidad, que no le recrimino, a otro obispo valenciano. QUE HAGA CON SU RECTO LO QUE CREA UN RECTO PROCEDER, PERO QUE DEJE DE DAR LA TABARRA.