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El Ajuntament de Palma informó ayer que las cajas que retiraba una empresa de destrucción confidencial de documentos eran solicitudes de ayudas para libros de texto. Como se recordará, el pasado miércoles fuentes municipales negaron haber contratado los servicios de esta empresa, incluso rechazaron conocer su existencia. Sin embargo, ayer puntualizaron que se trata de una práctica habitual para destruir la documentación confidencial en cumplimiento de la Ley Confidencial de Datos.
Como se informaba en la edición de ayer, la empresa sí explicó que se trata de una actuación ordinaria.