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Sectores empresariales, entre ellos de la construcción, critican que la futura Ley General Turística, en estos momentos en exposición pública, no haya eliminado o minimizado el actual sistema de intercambio de plazas para poder construir un hotel de cuatro o cinco estrellas en las Islas en primera línea de playa.

La regulación vigente exige comprar o retirar del mercado una plaza antigua para poder crear dos nuevas, con la finalidad de evitar la sobre oferta hotelera.

Esta normativa, pese a tener como objetivo fundamental controlar el excesivo crecimiento hotelero, ha provocado muchas veces que capital inversor balear, español y extranjero no haya podido acometer proyectos de construcción de nuevos hoteles de cuatro y cinco estrellas, al tener todo tipo de dificultades a la hora de tener que comprar plazas obsoletas, con lo que ha perjudicado la mejora de la oferta hotelera y, en consecuencia, la competitividad del destino balear.

Liberalización

El borrador dado a conocer por la Conselleria de Turisme, calificado de liberalizador por la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca, abre un amplio abanico de oportunidades en materia de cambios de uso turístico y residencial, la regulación de nuevas figuras de alojamiento, caso de los condohoteles, y la eliminación del uso exclusivo turístico.

Asimismo, liberaliza la regulación para construir nuevos agroturismos en edificaciones existentes en el campo balear, sin tener que cumplir a rajatabla la normativa vigente para poder optar a un hotel rural, agroturismo o turismo rural, que es mucho más restrictiva.

Asimismo, se regula que en los edificios catalogados en cualquier tipo de suelo se permitirá el uso turístico. A esto hay que sumar, que las viviendas vacacionales turísticas se podrán ubicar en viviendas unifamiliares aisladas o pareadas.

Pese a esta liberalización, la futura Ley General Turística considera necesario el intercambio de plazas en nuevos hoteles, salvo turismo rural, estancias turísticas de viviendas (viviendas vacacionales), hoteles de ciudad de 4 ó 5 estrellas, hoteles de 5 estrellas en suelo urbano con usos complementarios, hoteles de 5 estrellas en suelo rústico o singulares.

Los sectores empresariales afectados insisten en que el intercambio de plazas, «retrae la inversión en proyectos hoteleros en primera línea de playa, que pueden mejorar la actual oferta y adecuarla a la demanda vacacional. Lo lógico es que se hubiera actualizado esta norma y evitar con ello que muchas zonas del litoral sigan con hoteles antiguos, aunque se modernicen», apuntan.