Un trabajador del Parlament abre la puerta que da acceso a la salida de la calle Palau Reial. | M. Joy

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El Govern quiere acabar con el 'oasis' salarial que todavía existe en el Parlament y considera que ahora toca apretarse el cinturón en la Cámara autonómica. En el Ejecutivo aseguran que los recortes ya han llegado al límite entre su personal y piden a otras instituciones que tomen ejemplo y apliquen medidas contundentes de ahorro. El plan de ajuste aprobado por el departamento de Josep Ignasi Aguiló es claro: los recortes también tienen que hacerse en el Parlament.

El president de la Cámara, Pere Rotger, ya ha mantenido una primera reunión con los representantes de personal del legislativo, pero todavía no hay una propuesta en firme. De hecho, en principio, y en vista de que los recortes se harán sí o sí, el president ha propuesto a los representantes de los trabajadores que presenten ellos un plan de ajuste que incida en los complementos salariales.

Las ayudas

En el caso del Parlament, estos complementos son muchos y variados ya que los funcionarios cobran ayudas para guardería, para comprar gafas, lentillas, plantillas ortopédicas, por estudiar, por tener hijos que estudian fuera, por las revisiones ginecológicas y urológicas y hasta por jubilarse.

Es aquí, en estas ayudas complementarias, donde se quiere aplicar el tijeretazo. Las negociaciones se encuentran, de momento, en un estado embrionario, pero la inquietud es palpable entre los trabajadores de la institución, que consideran que los ajustes también tienen que llegar a los diputados, aunque no disfruten de estos privilegios laborales. Para poder recibir estas ayudas, los funcionarios deben acreditarlas con facturas o con una declaración jurada.

Las ayudas sociales, como se denominan oficialmente, se aplican tanto a los funcionarios de la institución que han pasado unas oposiciones para acceder como al personal eventual que trabaja en la Cámara colocado por los diversos grupos políticos y es aquí donde se da uno de los problemas.

Colocados políticos

Históricamente, en el Parlament el número de colocados políticos era muy bajo y se ceñía prácticamente a un asistente por grupo. Ahora no es así. Hay una cuarentena de trabajadores eventuales colocados por los partidos como asesores, secretarios, ayudantes y asistentes que disfrutan de los mismos beneficios laborales que los funcionarios de carrera cuando alguno de ellos ni siquiera se acerca a las oficinas del Parlament: trabajan o bien para los partidos políticos o bien para alguno de los cargos del Parlament procedentes de Menorca y Eivissa.

Este aumento del personal eventual ha provocado una subida exponencial del coste de las ayudas sociales. Según el cálculo del propio Parlament, en estos momentos estas ayudas superan un pago anual que ronda los 400.000 euros.