El plazo acaba mañana pero, hasta la fecha, el Govern no ha encontrado compradores para los dos primeros inmuebles que ha sacado a subasta: el edificio de Can Fàbregues, en el centro de Palma, y un solar del Parc-BIT por los que esperaba obtener más de dos millones de euros. Se trata de la primera subasta de patrimonio aprobada por el Consell de Govern para poder obtener liquidez que sumar a sus presupuestos.
Un portavoz de la Conselleria d'Administracions Públiques, encargada de formalizar la subasta ya que de este departamento depende la gestión del patrimonio del Ejecutivo, informó de que no se ha presentado ningún inversor a la puja y consideró que, dado el escaso margen de tiempo que queda hasta que finalice el plazo de presentación de ofertas, es muy probable que la subasta termine declarándose desierta.
Negociación
En caso de que en las 48 horas que quedan no se presente ningún comprador interesado, el Govern tiene la intención de abrir un proceso de negociación con algunos inversores que sí han mostrado verbalmente su interés en hacerse con este patrimonio, pero que consideran que el precio es elevado. El Govern espera poder enajenar estos bienes por la vía de la negociaciones con estos inversores interesados, aunque si intención es seguir sacando inmuebles de su propiedad a subasta para obtener ingresos adicionales.
Además de los dos inmuebles que ahora están a la venta, el Govern ya tiene un listado con los posibles bienes enajenables, entre los que se encuentran otros cuatro solares del Parc-BIT además de una serie de nichos en el cementerio de Bon Sosec que acabaron en manos del Govern como pago de una deuda.
Otros edificios e inmuebles que estaban inicialmente en el listado no se pondrán a la venta, como es el caso de la oficina del INEM de la Porta del Camp, que en un principio estuvo en el listado de bienes enajenables. En la lista sí figura el piso que albergaba el Hogar Balear en Madrid, pero para que se venda primero debe aprobarlo el Consell de Govern.
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Quan el Govern o el Consell compren patrimoni, els "progres" exulten. El temps passa (la crisi també) i ens adonem que les autoritats van ser tan males compradores immobiliàries com ara són venedores.