Mallorca, al inicio de la Guerra Civil (1936-1939) vivió una etapa de represión que sólo ha podido conocerse con detalle por el esfuerzo de organizaciones como Memoria Histórica y por los familiares de las personas asesinadas o desaparecidas.
Ninguna muerte tiene justificación pero hay episodios que nunca tendrían que haberse producido. Ni siquiera desde el punto de vista de los ‘sublevados'. Uno de estos ejemplos es el de Bernat Marqués Rul·lan. Acaban de cumplirse 75 años de su asesinato (fue fusilado en junio de 1937) tras un proceso lleno de irregularidades. Posiblemente, ‘sólo' por unos comentarios.
Jeanne Marqués, su hija, contó una vez a Margalida Capellà (que desde las páginas de Ultima Hora, y posteriormente en Dones republicanes. Memòria de la Guerra Civil a Mallorca, ha sido altavoz de los hechos que se quisieron ocultar) que tanto su madre como ella eran «de comunión diaria» y que nada, salvo comentarios de desafectos a la sublevación o apoyo a las fueras leales, justificaban todo lo que vino después.
«Vitorear a los aviones republicanos, negarse a dar dinero a los fascistas para la compra de aviones, brindar por Rusia o hablar contra el Movimiento fueron algunas de las acusaciones de la que fue objeto la familia Marqués», según se recoge en La Segona República a Mallorca, de Albert Herranz y Joana María Roque. Y es que no fue únicamente Bernat el único perseguido por esa causa. Su esposa y sus hijas también fueron encarceladas aunque a ellas se les conmutó la pena de muerte.
Llorenç Capellà, autor del fundamental Diccionari vermell, en el que han bebido todos los investigadores de la memoria histórica, también se hace eco de la inconsistencia de las acusaciones. Presidente de Izquierda Republicana de Sóller, Bernat Marqués era un liberal, un empresario y su detención y su fusilamiento sólo se entiende como «un escarmiento» y «un aviso» a cualquier persona que se considerara demócrata. Eso lo tienen muy claro los historiadores y quienes han investigado esa época. De hecho, el perfil de Bernat Marqués era el de un empresario comprometido con su pueblo y muy pacífico.
Su nombre es uno más de los que forman el largo listado de personas represaliadas por los facistas en Mallorca.
3 comentarios
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La memoria oral, como las demás fuentes de la historia, ha de ser tratada con rigor y con espíritu crítico. Es todo lo que deseo decir, añadiendo que lo echaba a veces en falta en el documental de TVM, junto a muchas cosas buenas.
El "sedàs de mètod científic", se basa única y exclusivamente en las directrices políticas del momento, variando la realidad y veracidad del hecho para que las generaciones futuras conozcan la "VERDAD ABSOLUTA", de lo que politicamente interese (sea o no verdad). Mi afirmación no es gratuita, me respalda mi vivencia personal y actos y situaciones reales que los politicos del momento y posteriores han obviado adrede para que, al no existir la información NO EXISTE EL HECHO. Mi experiencia personal me hace dudar de la "veracidad" científica, por lo comentado.
M'estranya que l'article no ens parli del paper dels historiadors i dels acadèmics, i nomès de la memòria historia o dels testimonis. La història oral és valuosa emperò s'ha de passar pel sedàs de mètod científic.