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Alrededor de 42.000 niños y jóvenes de Baleares de hasta 18 años de edad podría necesitar de una intervención especializada por padecer problemas de salud mental, según ha detallado el director del Instituto Balear de Salud Mental de la Infancia y la Adolescencia (Ibsmia), Jaume Morey.

Según ha dicho, alrededor del 21-22 por ciento de la población menor de edad de España tiene problemas de este tipo, si bien la prevalencia en Baleares es «más alta» debido a diferentes factores como las altas tasas de fracaso escolar, que hay mayor población en centros urbanos o a un mayor porcentaje de población inmigrante.


Sobre este último aspecto, Morey ha explicado que el fenómeno migratorio aumenta el nivel de estrés y la problemática entre los ciudadanos. Así, ha señalado que las personas que emigran «están un poco desarraigadas» por lo que estos cambios en sus vidas les generan «mucho estrés», lo que «aumenta la patología de salud mental».

Mayor prevalencia en Balears

Así, debido a la mayor prevalencia de los problemas de salud mental en Baleares en relación a otras autonomías se calcula que en las islas podría haber más de 80.000 niños y adolescentes con algún trastorno, si bien serían alrededor de 42.000 los que necesitarían intervención especializada.

Según estos datos, ha ejemplificado, en un aula de las islas con 25 niños, habría diez menores con trastorno, cinco con probabilidades de ser intervenido y uno y medio con algún problema mental grave.

El director del Ibsmia ha señalado que, debido al personal con el que cuentan en el Instituto, no pueden atender a todos los niños afectados, puesto que dan servicio a un máximo de 33.000 visitas -de entre 20 minutos y una hora-. De esta manera, de los 42.000 niños que necesitan de una atención terapéutica, «dejamos de ver 10.000» menores.

Selección los casos más graves

Morey ha destacado que se ven obligados a hacer una selección y atender los casos más graves. En este sentido, ha detallado que no han dejado de ocuparse de casos como las esquizofrenias, depresiones, primeros brotes psicóticos o los de retraso mental, si bien no pueden atender, por ejemplo, a los niños que se ven afectados por los procesos de divorcio de sus padres.

El médico, quien ha detallado los diferentes niveles de atención a los niños en función de su trastorno, ha detallado que actualmente hay ocho unidades comunitarias en las islas -cuatro en Palma, dos en la Part Forana de Mallorca, una en las Pitiusas y una en Menorca-, así como un hospital de día -que «casi exclusivamente» es para pacientes de Palma por las «dificultades de transporte"-, y una unidad hospitalaria.

Asimismo, ha realizado un balance de las actuaciones llevadas a cabo durante el pasado año. Así, en Mallorca ha concretado que se produjeron 20.243 visitas y que el 80 por ciento de los menores citados acuden a la consulta.

Un total de 2.141 nuevas citas en el 2011

En relación a los pacientes nuevos, ha indicado que hubo 2.141 nuevas citas el pasado año -el 13% no fue- y 17.241 revisiones -el 20% no se presentó a la cita médica-. Por otro lado, 283 jóvenes y 170 padres participaron en actividades grupales, se produjeron 70 inter-consultas hospitalarias y 92 ingresos, con una duración media de 14 días.

No obstante, ha apuntado que el 2011 fue un «año atípico» puesto que fue cuando se produjo el traslado a Son Espases, y se creó el Hospital de Día, por lo que hubo «pocos pacientes» en éste.

El profesional médico, quien ha detallado estos datos en una comisión parlamentaria, ha explicado también el cambio que supuso en la atención de los trastornos mentales la creación del Ibsmia el pasado año 2011, que supuso la «unión de todos los recursos» y para que no hubiera diferencias entre la atención que los niños recibían en diferentes áreas.


Reducción de las listas de espera

Según ha defendido, desde que existe este Instituto la lista de espera ha pasado de seis meses a 20 días, de manera que los menores deben esperar 15 días para ser atendidos por un psiquiatra y 24 si requieren de atención psicológica.

No obstante, ha reclamado un aumento de los recursos humanos con el objetivo de poder «igualarlos a la demanda» y atender todos los casos de trastorno, así como, si fuese posible, aumentar la cartera de servicios.