Carlos García Revenga, a la izquierda, ha llegado acompañado por su abogado, Enrique Molina. | Joan Torres

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El secretario de las infantas, Carlos García Revenga, ejerció de ariete contra Diego Torres. El imputado se desvinculó de cualquier decisión en la fundación en la que figuraba como tesorero y anunció que se querellará contra el socio del duque por los correos electrónicos que ha aportado al entender que pueden suponer un delito de revelación de secretos.

Revenga trazó una línea divisoria en el Instituto Nóos. A un lado situó a Torres y Urdangarin y, en el otro, a él y a la infanta Cristina que, aunque figuraban en la dirección, según dijo no participaban en la toma de decisiones. Hasta tal punto situó su ignorancia de las actividades del instituto que aseguró que se sintió «extrañado» al conocer las cantidades económicas que manejaban Urdangarin y su socio.

El asesor de la Casa Real aportó dos documentos para mostrar cómo fue su entrada en el Instituto. Según contó, Urdangarin fue quien tuvo la idea de poner en marcha la fundación y le pidió como un favor personal que figurara en ella. Explicó su relación profesional y personal con las infantas de forma muy detallada, hasta el punto de llegar a hablar de su papel en la separación de la infanta Elena y Jaime de Marichalar o de señalar que las hijas del Rey habían sido madrinas de sus hijos. Fruto de esa relación de amistad personal surge su participación en el Instituto Nóos y, según dijo, conoció que iba a formar parte del proyecto de forma oficial dos días después de que hubiera sido nombrado como tesorero. Señaló que era la primera «aventura empresarial» que ponía en marcha Urdangarin y que, por lo tanto le asesoró en la puesta en marcha y actuó como consejero también del duque. Sin embargo se desligó de las actividades y del día a día de la entidad, cuyo detalle aseguró desconocer.

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Actas

En ese contexto, la Fiscalía le preguntó por su firma en las actas de las reuniones del consejo de dirección de Nóos. Se le mostró una de esas actas y el imputado no reconoció la rúbrica que figura como suya en el documento.

También aseguró desconocer por completo la orden que provino de la Casa Real a Urdangarin para que abandonara las actividades de Nóos. Señaló que sí conoce al Conde de Fontao, la persona que trasmitió esta indicación a Urdangarin, pero que no tiene una relación estrecha con él, de manera que no aportó información al respecto.