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En el contexto de su reciente declaración por espacio de siete horas ante el juez José Castro, instructor de la causa, Diego Torres Pérez (Maó, 1965) se avino a contestar varias cuestiones sobre el tránsito entre el Instituto Nóos y la posterior Fundación Deporte y Cultura, en ambos casos con protagonismo de Iñaki Urdangarin.

—Juez: ¿Quién manda en la Fundación Deporte?
—El señor Urdangarin, es su proyecto.

—¿Desde siempre?
—Es creada para él.

—Lo colocan ustedes como presidente de un consejo de deportistas, pero ¿el que mandaba allí era el señor Urdangarin?
—Absolutamente.

—¿Siempre?
—Siempre.
Patronos informados
Conforme a esa declaración de Torres y respecto a la nueva entidad constituida a finales de 2006, el juez pregunta al imputado si quienes se relacionaban con la Fundación sabían quién la lideraba a efectos prácticos, y ello tanto en el entorno familiar de Iñaki Urdangarin como de los patrocinadores.

—Todos lo sabían –afirma Torres–; todos los patronos fueron informados de que este era un proyecto del señor Urdangarin, que para él era importante. Y todo el mundo estuvo encantado de colaborar para ayudarle a que pudiese crear su Fundación.

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—Juez: ¿Y el señor Romero, emisario real, también lo sabía?
—Absolutamente, claro.

—Y si lo sabía el emisario, lo sabía quien lo había enviado, ¿no?
—Evidentemente.

—¿Y lo sabía esto doña Cristina?
—Por supuesto.

—¿O sea, doña Cristina conocía perfectamente el consejo, la insinuación, la recomendación de su padre? ¿Cuál era?
—Yo no he estado en las conversaciones que pueda haber tenido, pero sí tengo montones de comentarios del señor Urdangarin de sus conversaciones con su esposa, sus opiniones y absolutamente de acuerdo en la línea que se estaba tomando.


—¿Y sabía doña Cristina que el señor Urdangarin estaba quebrantando esa recomendación, que sólo la cumplía en apariencia?
—No, yo creo que no estaba quebrantando la recomendación, porque la recomendación era que se cubrieran las apariencias. Es que no se nos dijo que no pudiera presidir esa Fundación; se nos dijo que lo conveniente es que la crearan otros, que lo invitaran primero al consejo asesor y que más adelante lo invitarían a presidir. Y que sería un proceso de unos meses, de unos años. Pero esa era la intención desde el momento cero, de ninguna manera era otra.

—El emisario real, por llamarlo de alguna manera, ¿le explicó por qué ese consejo de su Majestad el Rey?
—Sí, porque la prensa criticaba las actividades empresariales de la Fundación.