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Los ciudadanos de Balears se alejan progresivamente del centro y adoptan cada vez posturas menos centradas en cuanto al modelo de Estado se refiere. Uno de cada cinco ciudadanos de las Islas, el 20,9 por ciento, no quiere autonomía y defiende un Estado central con un Gobierno único para toda España, según el último barómetro autonómico del CIS, que se dio a conocer el pasado viernes. En 2005, fecha en la que se realizó el primer barómetro autonómico, el porcentaje era del 8,9.

Pero también en el lado opuesto se ha dado un salto cuantitativo importante. El 12 por ciento de los ciudadanos de las Islas se manifiestan en la actualidad a favor de un Estado en el que se reconozca la independencia de las autonomías. En 2005, la cifra era del 4,9 por ciento.

Sistema actual

En medio se encuentran quienes defienden el modelo autonómico actual, que ha pasado del 47 por ciento en 2005 al 29 por ciento del último barómetro del CIS.

No es el único dato que demuestra la desafección de los ciudadanos hacia la autonomía. Hace siete años, el 70, 1 por ciento de los ciudadanos consideraba que el desarrollo de las comunidades había sido positivo. El porcentaje se ha reducido ahora al 49,9 por ciento. A la inversa, ahora hay un 34,4 por ciento de ciudadanos que creen que el desarrollo autonómico ha sido negativo frente al 16,1 por ciento de 2005.

Curiosamente, esta reversión en el sentimiento autonomista no ha venido acompañada de un mayor sentimiento de 'españolidad'. En 2005, el 10,5 por ciento de la población se definía como únicamente español, porcentaje que ahora ha descendido al 5,9, A la inversa, quienes se definen como más balear que español o únicamente balear pasan del 23,8 por ciento al 36,2 por ciento. UN 63 por ciento se siente muy orgulloso de ser balear y un 44,3 por ciento, de ser español.

Otro dato que refleja los profundísimos cambios vividos en estos años es el relativo a las preocupaciones ciudadanos. Entre los tres primeros problemas que ahora citan los ciudadanos se encuentran el paro, la economía y los recortes, seguidos de políticos y corrupción. Hace siete años, el problema más mencionado era la inmigración. El paro era el tercer problema más repetido, mientras que la corrupción y los políticos apenas se veían como un problema.