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Patrimonio Nacional ha avanzado de manera verbal a los patronos de la Fundación Turística y Cultural de les Illes Balears (Fundatur) que les devolverá el yate Fortuna, después de que el Rey renunciase a su uso el pasado 16 de mayo. Esta decisión se dio a conocer ayer en el transcurso de una reunión de la entidad, integrada por empresarios mallorquines y de la que también forma parte el Govern.

Sin embargo, la decisión deberá ser refrendada por el Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio de la Presidencia, del que depende Patrimonio Nacional. La Fundación tiene intención de vender el yate y destinar el dinero a fines turísticos y culturales, objetivo real de la entidad.

Según ha podido saber este periódico, la Fundación contactará con brokers internacionales para que se encarguen de la venta del barco. Asimismo, Fundatur deberá hacerse cargo de los gastos de mantenimiento del yate desde el momento de su devolución. En estos momentos, una de las incógnitas es si el Fortuna podrá permanecer en el hangar ubicado en la base naval de Portopí una vez que sea restituido a la fundación.

Acuerdo

Los miembros de Fundatur acordaron solicitar la devolución del barco a los activos de la entidad el pasado 27 de mayo. En una carta remitida al presidente de Patrimonio Nacional, José Rodríguez-Spiteri Palazuelo, la presidenta de la fundación, Carmen Matutes, recuerda que se donó el yate a favor de Patrimonio Nacional en fecha de 19 de junio del año 2000, estableciéndose en el expositivo III que la decisión de donar la embarcación era «para el uso y disfrute de Su Majestad el Rey y de los miembros de la Familia Real, es decir, una donación modal o finalista» .

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La embarcación costó en su día alrededor de 3.000 millones de pesetas, lo que equivale a 18 millones de euros. Llenar el depósito del yate cuesta 25.000 euros y según fuentes de Casa Real, en 2012 el Rey sólo navegó con el Fortuna un solo día, el 13 de agosto. Precisamente el elevado coste de mantenimiento del barco es el principal motivo por el cual el Rey decidió renunciar a su uso.

Construido por los astilleros de Izar en San Fernando (Cádiz), el yate tiene una cubierta principal con un salón noble, un comedor, una cocina y un gran puente de mando. En el piso inferior, tiene cuatro camarotes, dos reservados para el Rey y sus invitados, que ocupan toda la manga, y otros dos a ambas bandas del pasillo central.

Compradores

Al tratarse de un barco exclusivo, con equipamientos de calidad y haber sido utilizado por el Rey y la Familia Real, los potenciales compradores tienen que ser de un alto poder adquisitivo. Algunas firmas especializadas en superyates aseguraron que el Fortuna podría alquilarse por un valor de entre los 70.000 y 90.000 euros por semana.

En cualquier caso, la intención de la Fundación no pasa por alquilar el barco sino que el objetivo es venderlo.