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La tensión que existe en la calle se trasladó ayer al Parlament, donde la presidenta de la Cámara, Margalida Durán, a punto estuvo de expulsar a los diputados de Més después de que estos exhibieran un lazo con la bandera cuatribarrada, a pesar de que el reglamento de la Cámara nada dice al respecto. La presidenta alegó «alteración del orden» para pedir a los diputados que retiraran el lazo y hasta en tres ocasiones envió a un ujier para que lo quitara, sin conseguirlo.

La polémica no fue más que un reflejo de la tensión que se vivió ayer en la Cámara durante el debate de las enmiendas a la totalidad de la ley de símbolos presentadas por la oposición. Los diputados de Més se indignaron con la actitud de Durán, pero más aún con la «obsesión» del Govern de Bauzá por acabar con la lengua catalana y las señas de identidad de las Islas.

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Dictatoriales

La socialista Pilar Costa lamentó los tics «dictatoriales» del PP y explicó que el absurdo de la ley hará que también queden prohibidos otros símbolos distintos a los lazos cuatribarrados, como crucifijos, calabazas de Halloween o lazos de cualquier otro color. Afirmó que esta ley es un atentado contra la libertad de expresión e ironizó con el hecho de que el PP le tenga miedo «a unos lacitos». El vicepresident del Govern, Antonio Gómez, acusó a la oposición de intentar «subvertir el orden autonómico y constitucional» y afirmó que los ciudadanos tienen el derecho de poder recibir los servicios públicos desde la neutralidad de los funcionarios.

Más contundente fue el diputado del PP Miguel Jerez, quien dijo que la ley acabará con «cubanización» de la educación porque la escuela no está «para adoctrinar» o para ser dirigida «desde el fanatismo que solo busca dividir».