En un comunicado, el IPFB ha criticado que los ginecólogos no se hayan referido al «máximo respeto a la vida del nasciturus, concebido no nacido, a lo que se comprometieron respetar en el desempeño de su profesión médica».
Por otro lado, indica que el Tribunal Constitucional, «en su sentencia 53/85 afirma que: la vida humana concebida merece protección desde el primer momento y es distinta de la vida de la madre estando protegida por el artículo 15 de la Constitución y que implica para el Estado con carácter general la obligación de abstenerse de interrumpir o de obstaculizar el proceso natural de gestación y la de establecer un sistema legal para la defensa de la vida que suponga una protección efectiva de la misma».
«La sociedad balear merece tener médicos que desempeñen su profesión con el respeto debido a todos los seres humanos independientemente de su grado de evolución y que actúen con la evidencia científica largamente demostrada a lo largo de estos últimos años de la existencia de un ser humano digno de respeto y protección desde el momento de su concepción», ha opinado la entidad.
Finalmente, ha destacado la necesidad de que «se proclame a la sociedad balear su defensa de la vida sin ningún tipo de menosprecio o discriminación basado en prejuicios sociales», concluye.
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