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Los cambios que se están produciendo en materia económica en Cuba para captar la inversión extranjera, que culminaron este pasado sábado con la aprobación de la nueva Ley de Inversión Extranjera, está teniendo una clara respuesta por parte de las empresas turísticas internacionales, en las que las cadenas hoteleras de Balears se han convertido en auténticas protagonistas.

Si las grandes cadenas de Balears iniciaron a principios de los años 90 un desembarco progresivo, iniciado por Meliá Hotels International en la zona de Varadero, que luego fue continuado por RIU, Barceló, Iberostar y otros grupos grupos turísticos por toda la isla y los cayos, los altos niveles de rentabilidad, pese a tratarse de proyectos en joint-venture con empresas gubernamentales cubanas, siempre han situado a Cuba como un destino muy demandado a nivel turístico y empresarial.

Cadenas medianas

Al imperar una economía específica enfocada para los complejos turísticos, pese a la carestía de todo tipo de productos de primera necesidad en Cuba, los complejos vacacionales siempre han contado con todo a su favor, propiciando con ello un progresivo asentamiento de nuevos proyectos hoteleros.

A la vista de que las grandes cadenas se están reposicionando aún más (Meliá cuenta con 25 hoteles), esto ha producido un efecto de mimetismo en las medianas y pequeñas cadenas hoteleras de Balears, tal y como sucedió en su día en la República Dominicana (Bávaro y Punta Cana), México (Riviera Maya y Riviera Nayarit) y Jamaica.

Así, en los dos últimos años se ha producido un nuevo desembarco de estas medianas cadenas, caso de Be Live (Globalia) y BlueBay, pero los ejemplos más claros de esta cambio de actitud se ha producido en la cadena Roc Hoteles, tras la compra de Hoteles C, así como Valentín Hoteles, Blau Hotels y en breve con Mar Hoteles.

El director general de Valentín Hoteles, José Codolá, señalaba ayer que «Cuba es el futuro y hay que estar presentes». Las palabras de Codolá son repetidas por representantes de todas las cadenas.

Habana, Varadero, Santiago de Cuba, Trinidad, Cayo Largo, Cienfuergo, Santa Clara, Cayo Guillermo, Cayo Santa María o Caya Coco, entre otros, son los enclaves con hoteles gestionados por mallorquines.