Celsa Andrés posa en la sede de la organización no gubernamental de Metges del Món, que trata de colaborar en la lucha contra el ébola. | Jaume Morey

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Celsa Andrés Batalla es la presidenta de Metges del Món en Balears además de médico especialista en servicio de prevención. Su objetivo, en estos momentos, está centrado en captar personal sanitario para luchar contra el ébola en aquellos países en los que se ha producido el nuevo brote de esta enfermedad mortal altamente contagiosa. Su fuente de ingresos es la que le proporcionan las cuotas de sus asociados y las donaciones.

—¿El ébola es tan mortal como se asegura?
—No existen medicamentos de eficacia comprobada y, por lo tanto, la curación del infectado depende al cien por cien de su estado inmunológico. Si el estado inmunológico puede con el virus, punto y final.

—¿Y si no puede?
(Carraspea, mira hacia abajo y baja el tono de voz)
—También punto y final. Pero es de justicia informativa destacar que el porcentaje estaba en el noventa por cien y parece haber bajado al sesenta.

—Si ni siquiera los médicos sirven parta atacar la enfermedad, ¿por qué buscan ustedes voluntarios?
—Porque existe una forma de evitar su expansión que consiste en cercarla aislando a los enfermos. El único tratamiento efectivo es la prevención.

—¿Eso es tangible en países donde se han cerrado hospitales y donde los enfermos huyen descontrolados?
—Las situaciones de los entornos epidémicos son deplorables porque las administraciones tampoco adoptan medidas para ayudar, y las pocas personas válidas que con las que cuentan, médicos, sanitarios…están siendo víctimas de la enfermedad, lo que produce una total inexistencia del control.

—¿Se refiere usted a las administraciones de los países afectados?
—Me refiero a las administraciones afectadas y a las administraciones en general. ¿Qué hace la OMS? ¿Qué hace la ONU?...

—Particularmente ni siquiera creo en las cifras de contagio y mortalidad que publica la OMS.
—Publica los casos controlados por ellos.

—Debe ser, porque en alguno de esos países los censos parece que están hechos a ojo…
—Seguro que hay muchos más enfermos que los publicados por la OMS. Basta fijarse en las medidas de prevención que acompañaron al padre Pajares en su desplazamiento, estancia en Madrid y entierro.

—Impensable en los países con ébola...
—Los cadáveres recientes están a tope de virus ávidos que, mediante el simple contacto, contagian con la misma facilidad que se extiende el fuego. Imagine, pues, los contagios que pueden producir la liturgia del amortajamiento con limpieza del cadáver, besos, lágrimas y un entierro sin incineración del cuerpo. Si a todo esto le une las deplorables condiciones sanitarias, la cantidad de otras enfermedades endémicas como tifus, la malaria, la tisis … nos encontramos con un panorama dantesco que sólo se puede combatir de un modo.

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—¿Cómo?
—Creando un control lo más exhaustivo posible de población contaminada, aislándolo a los enfermos, generando unas condiciones de higiene siquiera mínimas y concienciando al mundo de que el ébola no es un problema más, aislado allá en África.

—Antes se decía que Europa comenzaba en los Pirineos…
—Se decía, aunque lo cierto es que el ébola está a dos horas de España.

—Alarmante.
—Debemos ser conscientes de la realidad.

—Las posibilidades de contagio, ¿se multiplican con la llegada de los inmigrantes?
—Si un enfermo de ébola viajara en las condiciones que ofrece el viaje en las pateras o las embarcaciones neumáticas, sometidas al hacinamiento; con falta de agua y de alimentos; con momentos de hipotermia y momentos de insolación, no podría llegar vivo. El ébola consume al enfermo, sobre todo en condiciones tan adversas. O se mueren o se curan. No hay más.

—O no tiene el ébola…
—O no lo tiene, efectivamente. Que es lo que ocurre.

—¿Y si el enfermo o el portador llegara en avión?
—En todo caso, durante el viaje, podría contagiar a su novia o la persona que viaje a su lado, al taxista y poco más. No es como la gripe, que un simple estornudo te contamina medio autobús. El ébola se contagia por contacto.

—¿Cómo surgió el ébola?
—En el año 76 se produjo el primer brote, muy virulento por cierto. Nació en los murciélagos que los transmitieron a los primates y, estos, a las personas que comen sus carnes o que están en contacto con los animales. Basta con tocarlos.

—Médicos del Mundo está buscando personal para combatir el ébola en los países en los que existen brotes. ¿Es difícil encontrarlo?
—No. De hecho ya tenemos un grupo trabajando en Sierra Leona. Se encuentran personas muy dispuestas.

—Me imagino que habrá una buena cantera entre médicos y personal sanitario que han acabado sus carreras y no encuentran trabajo.
—Es posible, pero nosotros buscamos personal sanitario formado, y logistas. En estos casos es tan importante el personal sanitario como el logístico, capaces de montar un hospital de campaña en condiciones, letrinas en condiciones, un aislamiento eficaz…Nuestra forma de actuar no consiste en ir al lugar y hacer, sino en ir al lugar y hacer que los lugareños hagan, enseñarles a hacer. Pretendemos que las administraciones se den cuenta de la gravedad y tomen cartas en el asunto para que, cuando abandonemos las zonas afectadas, lo hagamos dejándoles preparados para afrontar cualquier otra futura eventualidad.

—¿Buscan voluntarios o profesionales con contrato?
—Es evidente que los interesados son voluntarios dispuestos a dejárselo todo e incluso a dar la vida por los demás. Sin embargo, tienen su contrato y, si es posible, una dotación económica y seguros entre se los cuentan el que cubre su posible repatriación a España.