El alcalde de Barcelona dice que votará dos veces «sí» en la consulta de noviembre. | Gemma Andreu

TW
24

Consiguió arrebatar la alcaldía de Barcelona al PSC, tras 32 años ininterrumpidos en manos de los socialistas. Xavier Trias i Vidal de Llobatera (Barcelona, 1946) dirige la ciudad con catorce concejales, lejos de los 21 que dan la mayoría absoluta. Practica la finezza, sabe cómo y con quién puede pactar en cada caso, y aplica el seny. Consciente de sus limitaciones, autocrítico y con gran pasión por la política, es un amable conversador.

—¿Optará a la reelección?
—Sí. Ya he sido proclamado por los dos partidos de la coalición CiU, y ya dije, cuando asumí la alcaldía, que esta aventura no era solo para cuatro años.

—¿Acepta la propuesta del PP para que desempeñe la alcaldía el partido más votado?
—Hay que buscar mecanismos que den respuestas correctas. Me inclino por un sistema electoral como el francés, con una segunda vuelta que garantice el 51 por ciento. Pero tal como lo plantea el PP, parece más un mecanismo de autodefensa.

—¿Qué opina de Podemos y Guanyem?
—Observo que inquietan mucho a Iniciativa, a los socialistas y también a ERC. Es bueno que la democracia aflore y que el ciudadano vote con plena libertad; hay movimientos que apuestan por la revuelta pero son poco propositivos.

—¿Irá a votar el 9 de noviembre?
— Sí. Y votaré sí y sí; y no soy independentista, pero cada día estoy más convencido de que no podemos seguir así. El trato que recibe Catalunya es injusto. El estado autonómico, que debía reconocer Catalunya, el País Vasco y Galicia se ha convertido en un ‘café para todos', y esta fórmula no es buena para los catalanes.

—¿A qué se refiere?
—Una comunidad motor de la economía española, que aporta cada año al Estado mucho más de lo que recibe, no puede hallarse en situación de catástrofe económica. No es lógico. De ahí nuestra reclamación, que reclama una respuesta. También es muy triste y lamentable la política cultural que se practica desde Madrid contra el catalán.

—El gobierno central ha advertido con anular la consulta.
— Está diciendo cosas que me sorprenden. La ley de consultas aún no ha sido aprobada, por tanto el Gobierno no sabe si es legal o no. Es una consulta, no un referéndum, y carece de valor jurídico, solo consultivo, para que la gente opine.

—¿Qué ocurre con Pujol?
—El señor Pujol pasará a la historia de Catalunya como un político extraordinario, muy importante. Es un hombre muy austero en su vida personal y familiar. Que nos explique ahora que ha incumplido sus obligaciones durante años constituye una conmoción, es muy duro. Lo aprecio y lo apreciaré siempre, pero ha provocado una gran decepción y nos hace daño a todos.

—¿Afecta al proceso soberanista?
—Causa un gran disgusto del que él también es consciente, y se produce en el peor momento, con muchas personas contrarias a Catalunya que hacen befa. El Estado puede tener mecanismos para importunar, pero no podemos dar la culpa al Estado de que el señor Jordi Pujol no haya declarado una herencia que recibió hace más de treinta años. Es patético y muy penoso.

—¿Qué opina de las prospecciones en el Mediterráneo?
—Deben realizarse, siempre y cuando se lleven a cabo lejos de la costa y con todas las garantías medioambientales. Si hallan bolsas de petróleo, sin duda será un gran éxito para todos. Pero estos sondeos deben realizarse con seguridad y con plenas garantías. Constituye un fase previa, de prospección, cuyos costes asumen las empresas, no los presupuestos públicos. Esta zona no está formada por terrenos petrolíferos, y desde hace años se vienen realizando sondeos en distintas áreas del Mediterráneo, por tanto no constituyen ninguna novedad. Hay otros países donde han encontrado bolsas de petróleo, por ejemplo Escocia, lo que ha tenido un impacto relevante para su economía.