Después de semanas de trabajo intenso para acondicionar la nave alquilada por la entidad en el polígono de Can Valero, ya ha comenzado el traslado de los talleres ubicados hasta ahora en Sa Casa Llarga.
Así, el pasado fin de semana abrió sus puertas por última vez el mercadillo de Sa Casa Llarga. De hecho, explicó el exsacerdote y responsable de Can Gazà, «el próximo fin de semana será el primero en el que no podremos atender a nadie ni en Sa Casa Llarga ni en la nueva nave, pero a partir del día 8 estaremos abiertos ya de forma estable en la nueva nave».
Este nuevo espacio se ha podido alquilar con la ayuda del Consell de Mallorca y de amigos de la entidad, después de que terminara la cesión de Sa Casa Llarga, finca en la que han estado los talleres los últimos seis años, por parte de la familia propietaria.
Sobre la demanda de ayuda a los amigos de Can Gazà para que colaboren con donaciones en el pago del alquiler, que asciende a unos 4.000 euros mensuales, Santandreu reconoció que «todavía no se han apuntado muchas personas», pero se mostró seguro de que «cuando vean la nave y el trabajo que se hará en ella se enamorarán y nos ayudarán, va a ser amor a primera vista», aseveró.
A partir del 8 se abandonará también Sa Casa Llarga, que ha permanecido ocupada desde que la entidad supo que la cesión finalizaba. Santandreu llegó a encadenarse y declaró la finca ‘territorio okupado'. En respuesta, la propiedad presentó una demanda de desahucio, pero el activista, que está citado en el juzgado el 23 de junio, apuntó que no habrá juicio «porque me voy allanar, es decir, a someter a lo que diga el juez».
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