Maria Salom. | Teresa Ayuga

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«Es Maria. No tenemos a nadie más», se comentaba este viernes en el PP. «Es la única que puede aceptar Bauzá para que se avenga a cumplir su promesa de que se va antes del 15». Los regionalistas también aceptarían a Salom como gestora temporal. Algunos, «como mal menor, pero es el único desatascador posible de la crisis».

Salom está ahora en una posición cómoda. Es la vicepresidenta del Parlament y no aspira a ser presidenta del PP. Garantiza neutralidad en los próximos meses para que el período precongresual se desarrolle «con todas las garantías». Además, Maria está «muy bien vista en Madrid, donde ha sido portavoz adjunta en el Congreso. Es la persona indicada para poner calma mientras se desarrolla el proceso en libertad».

La más importante aportación de Salom es que «no llegue la sangre al río en el choque entre regionalistas y madrileñistas. En el fondo, la tarea fundamental de Maria es que el partido no se resquebraje después del berenjenal en que lo ha convertido Bauzá. Si Maria aporta serenidad y buen hacer, el congreso será un éxito, gane quien gane».

La carrera política de Maria Salom es la recompensa al esfuerzo de «intentar llevarse bien con todos los compañeros, de ser disciplinada pero manteniendo siempre la dignidad». Lo demostró como presidenta del Consell. Dicen que en privado arqueaba las cejas ante muchas de las inciativas estrambóticas de Bauzá, calentado por los madrileñistas, como intentar cerrar Caubet y el Hospital General, podar el Parlament «hasta reducirlo a una mera diputación provincial o armar un conflicto educativo y lingüístico que alcanzó dimensiones de revuelta social». Eso le ha costado la presidencia. Pero Maria callaba por respeto jerárquico, consciente de que también ella perdería la presidencia del Consell.

Protagonismo

«Ahora le llega la hora de asumir el protagonismo que el partido necesita». En estos momentos, la fractura entre regionalistas bilingües y madrileñistas en su mayoría monolingües «es enorme. Hay mucho trabajo por hacer».

Además «falta saber qué hará Bauza en el último momento. Ha prometido irse. Ahora ya tiene lo que buscaba, el sueldo de senador, pero hay dudas de que no necesite un poco más de tiempo para dejarlo todo atado y bien atado dentro del partido». Sin embargo, «Maria no armará ningún conflicto gratuitamente».

El conflicto interno del PP está a punto de desatascarse «si Salom acepta. Tiene todo el apoyo de Génova. Y sabrá dar paso al nuevo presidente una vez que se haya celebrado el congreso el año que viene».