El Govern sabe que parte del fraude fiscal se da en la compraventa de vivienda de segunda mano, donde parte de la transacción se paga con dinero negro.

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El Govern quiere poner fin al pago de dinero negro en las transacciones inmobiliarias. El plan antifraude fiscal que se pondrá en marcha a partir de enero pretende acabar con la práctica de escriturar los pisos por un precio inferior al que se paga. El resto de dinero que el comprador abona en negro al vendedor escapa del pago de impuestos, por eso el Govern pondrá el foco en este tipo de actividades.

Para conseguirlo, el Ejecutivo necesita de la colaboración de abogados, notarios, gestores y hasta técnicos tributarios, a quienes convocó este lunes a una reunión en la sede de la Conselleria. La consellera d'Hisenda, Catalina Cladera, y la directora de la Agència Tributària, Maria Antònia Truyols, explicaron en este encuentro las 61 medidas que incorpora el plan antifraude.

El plan incluye un especial seguimiento a todas las operaciones de compraventa de bienes de segunda mano, que es donde el Ejecutivo tiene competencias ya que tiene la gestión del Impuestos de Transmisiones Patrimoniales. Por eso se controlarán las transacciones de viviendas, de coches, de oro y joyas o de embarcaciones, pero también se vigilará el posible fraude en transmisiones de amarres de barco camufladas bajo otro tipo de operaciones.

El plan también prevé el seguimiento y control de las operaciones relacionadas con la puesta en marcha del impuesto turístico.