Así se ha expresado Barceló durante la rueda de prensa posterior al Consell de Govern, donde ha subrayado que el impuesto ya se había comenzado a cobrar con antelación a los turistas que habían reservado para julio.
«La información que tenemos es de absoluta normalidad», ha señalado el vicepresidente, que ha mostrado los trípticos explicativos enviados a todos los establecimientos turísticos afectados por el nuevo tributo.
Según consta en el dossier informativo que el Govern ha editado con motivo del primer año de gobierno, con este impuesto los turistas que visiten las Islas «aportarán una pequeña contribución que permitirá conseguir fondos para financiar proyectos destinados a proteger nuestro medio natural, alargar la temporada turística, mejorar nuestro producto e invertir en innovación e investigación para diversificar nuestro modelo productivo».
Para el Govern, los dos grandes objetivos del impuesto son compensar la huella ecológica de la actividad turística y cambiar el modelo para que esta actividad «sea sostenible desde el punto de vista ambiental, económico y social».
El Ejecutivo prevé recaudar alrededor de 60 millones de euros anuales con este tributo (y una cantidad menor en 2016 puesto que no se aplica desde el inicio de la temporada).
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