El contraste entre los colores de la fachada del colegio y la de la iglesia llama la atención de mucha gente. | R. De Miguel

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Desde hace un mes, los vecinos del barrio de Santa Catalina alzan la vista al pasar frente a la parroquia de Nuestra Señora del Carmen. Pero el motivo no es ya la fachada neogótica de ésta, sino la del colegio Virgen del Carmen, que está siendo revestida con unos colores muy llamativos.

El centro escolar, que se creó a raíz de la iglesia, cambió de dueños a principios del pasado enero. Tras la gestión por parte de los carmelitas descalzos, ahora los hermanos de la Sagrada Familia han decidido renovar el aspecto del edificio.

Gabriel González, uno de los hermanos de esta congregación, explica el cambio: «Para darle un aire nuevo, de alegría y de renovación, se decidieron estos colores». La elección se decidió sondeando las opiniones de los centros que gestiona esta comunidad en el resto de España: «Se presentaron diversos proyectos y elegimos este», dice el hermano, que asegura también que se tuvo en cuenta el criterio de un decorador que vive en la India.

La decisión, según explica, fue consensuada con el profesorado y la dirección, pero no con los vecinos del barrio: «No se contempló hacer una consulta así porque, para gustos, colores». En cualquier caso, afirma, fue la dirección central de la Congregación, en Madrid, la que decidió el cambio de colores.