Javier Salinas. | Joan Torres

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El Papa Francisco ha aceptado la renuncia de Javier Salinas Viñals (Valencia, 1948), a la sede episcopal de Mallorca, según publica este jueves el Bollettino de la Sala Stampa de la Santa Sede (Oficina de Prensa del Vaticano).

Al mismo tiempo, da a conocer su nombramiento como obispo auxiliar de Valencia, donde desempeñará su ministerio episcopal con el cardenal arzobispo Antonio Cañizares, metropolitano de las tres diócesis de Balears.

Con estas decisiones pontificias se cierra el episcopado de Javier Salinas en Mallorca y se abre el proceso para su relevo.

La Santa Sede también ha publicado el nombramiento de obispo auxiliar de Barcelona, Sebastià Taltavull Anglada (Ciutadella, 1948), como administrador apostólico de Mallorca. Durante la etapa de sede vacante, y hasta la designación del nuevo obispo titular, Taltavull regirá la diócesis mallorquina.

En cambio, el obispado de Mallorca no tiene prevista ninguna comparencia del obispo Salinas ante los medios de comunicación de la Isla.

Para el sábado, a las 11 horas, está prevista la celebración de una Misa de Acción de Gracias en la Catedral de Palma. En esta Eucaristía el obispo Salinas se despedirá de los fieles y del clero mallorquín.

Javier Salinas fue consagrado obispo de Eivissa en septiembre de 1992. Dirigió la diócesis pitiusa hasta octubre de 1997, en que tomó posesión como obispo de Tortosa.

En noviembre de 2012 -después del traslado de Jesús Murgui a la diócesis de Orihuela-Alicante- fue nombrado obispo de Mallorca. Tomó posesión en enero del 2013.

Situación insostenible
El nuncio apostólico en España, Renzo Fratini, y el Dicasterio de los Obispos, congregación de la Santa Sede que se encarga del seguimiento de la actuación y la gestión de los prelados en sus respectivas demarcaciones pastorales, habían decidido, hace días, el relevo del obispo Salinas.

La denuncia por haber mantenido una «relación impropia» con su exsecretaria -presentada por su esposo ante la Nunciatura y la Santa Sede- habían conducido a Javier Salinas, con numerosos comentarios y críticas sobre su persona, a un situación insostenible.

La tensión en la Iglesia mallorquina se había incrementado tras la reunión que Salinas celebró, la pasada semana, después de la Misa Crismal, con el clero de la Isla en la Catedral de Palma y reclamar unidad a los párrocos: «os necesito», afirmó.

La constante exposición mediática ha motivado la doble decisión, aprobada hace semanas por el Vaticano, de su traslado a Valencia como obispo auxiliar y el nombramiento de Sebastià Taltavull como administrador apostólico.