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El PSIB no tiene previsto hacer un casus belli del expediente abierto a sus dos diputados, Pere Joan Pons y Sofia Hernanz por haber votado 'no' a Rajoy en el pleno de investidura. La razón es que las campanadas que llegan de Madrid son de conciliación y que lo más probable es que les impongan una sanción económica de 600 euros «sin pasar a mayores». A su vez, los quince del 'no' están en contacto entre ellos y estudian presentar una alegación conjunta. El plazo para presentarla al responsable de asuntos disciplinarios de su Grupo Parlamentario, Luis Sahuquillo, expira la próxima semana.

La impresión es que el presidente de la gestora y actual número uno del PSOE, el asturiano Javier Fernández, es partidario de echar agua al incendio y de calmar la cosa al máximo. Hay que tener en cuenta que entre los expedientados están los siete diputados catalanes del PSC y algunos independientes como la magistrada del Tribunal Supremo en excedencia, Margarita Robles, o la hasta hace poco comandante del Ejército de Tierra, Zaida Cantera, además del icónico exalcalde de San Sebastián, Odón Elorza. Se trata de un hueso duro de roer para la gestora, donde también hay algunos avalistas del 'no', como el expresident balear, Francesc Antich.

Hay confianza en el PSIB de que la rebotada «por coherencia» del sábado pasado se resolverá «de manera satisfactoria». Lo que preocupa a los socialistas de Balears son otras cuestiones. Por ejemplo «las coñas que habrá que aguantar del PP Balear», restregándoles por la cara a Francina Armengol y a los suyos «el nuevo rumbo de la política española», con un PP y un PSOE cada vez más próximos, como ya se vio en la sesión de investidura.

La imagen del portavoz socialista Antonio Hernando dándose la mano con Rajoy mientras preparaba sanciones contra quince de los suyos tardará mucho en borrarse de la retina de los socialistas isleños, que han mantenido históricamente una política de confrontación directa y dura contra el PP. No les sentará nada bien ver a Miquel Vidal tendiéndoles la mano entre comentarios irónicos de que el PSIB tiene que dejar a un lado las «radicalidades».

Por otro lado está la celebración del congreso extraordinario del PSOE, que podría reequilibrar la correlación de fuerzas interna del PSOE. Pero en la calle Miracle ya ven que «este asunto va para largo». La gestora no tiene intención de convocarlo hasta dentro de muchos meses o un año cuando en la práctica ya está pendiente de celebración. Tal dilación llena de zozobra al PSIB, que ya se ve venir tiempos azarosos por delante, con un PSOE cada vez más enfrentado a Podemos en la Carrera de San Jerónimo y haciendo lo imposible para que Rajoy no adelante elecciones. Tal situación podría afectar al equilibrio de fuerzas del pacto a la balear.

En este contexto juega un papel todavía muy importante Pedro Sánchez si es capaz de mover a las bases en demanda del congreso. Pero frente a él tiene a poderes enormes, desde el aparato de Susana Díaz en Andalucía, su control del comité federal y la postura anti Sánchez de barones como Page, Vara, Lambán y Puig. «Es mucho poder»,afirman los socialistas baleares. Y también mucho miedo a que Podemos les vaya comiendo poco a poco la tostada, pese a que se da por seguro que el aparato mediático controlado directa o indirectamente por el PP va a zurrar de lo lindo a Pablo Iglesias y los suyos en los próximos meses, sobre todo alimentando sus contradicciones del líder Iglesias con Iñigo Errejón y su grupo.

La dilación del congreso socialista y de las elecciones generales es directamente proporcional a la ofensiva anti Podemos que se vivirá en los próximos meses.

El problema es que en Balears el pacto puede salir tocado, con Armengol situada entre dos aguas y teniendo que aguantar las «pullas y chinitas» del PP Balear.