Jarabo y Camargo llegaron juntos, levantaron el puño y se abrazaron al entrar en la plaza. | Joan Riera

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Si del ambiente que se respira en Vistalegre II dependiese el futuro de Podemos, Iglesias es el líder indiscutible. Si de la predisposición de la mayoría de los inscritos por Balears dependiese, Pablo mantendría el control de la organización sin problemas, pero en total han votado más de 130.000 personas en toda España. En la masiva asamblea todos coinciden en que «una cosa es lo que suceda en el epicentro y otra el sentir general en el conjunto del país». Hoy a las dos de la tarde se sabrá si sale ganador el documento defendido por la corriente ‘pablista' o la ‘errejonista'.

«Lo lógico es que Pablo crezca en apoyos e Iñigo disminuya respecto respecto a la anterior votación de las bases. Pero eso es sólo teoría. Hemos de esperar», afirma la diputada Laura Camargo, dirigente anticapitalista. Camargo exhibió en Madrid su perfecta relación con el secretario general Alberto Jarabo.

Para Jarabo, que apelaba a la unidad y se mostraba convencido de que se superarán las actuales tensiones, «a muchos compañeros se les hace muy difícil entender la propuesta de Íñigo de que el secretario general no puede ser luego aspirante a la presidencia del Gobierno». En esta asamblea de Vistalegre no se elige al secretario general, sólo a los 62 miembros de la dirección y al documento que ha de regir el futuro del partido. Pero si Iglesias pierde probablemente ya no podrá ser candidato a la Moncloa, por lo que se irá.

Moderación ‘errejonista'

Sin embargo, los ‘errejonistas' de Balears se muestran muy moderados. Antònia Martín, secretaria general de Som Palma, indica que «lo más importante es que todo vaya bien y que la organización salga reforzada». Por su parte, los diputados autonómicos Carlos Saura y Aitor Morrás, ambos ‘pablistas', señalan que «las bases pondrán cordura», convencidos de que hoy Iglesias saldrá ganador del pulso. «Cuando habla Pablo la gente le aclama como presidente, cuando lo hace Íñigo piden unidad. Quien quiera entender, que entienda», señalan tanto Morrás como Saura.