Un operario saca del interior del mítico establecimiento tablas de madera y estructuras metálicas. | M. À. Cañellas

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El edificio de Casa Roca, emblemático negocio familiar durante más de 150 años, ha sido comprado por un ciudadano alemán, que lo convertirá en un hotel, mientras que en la planta baja se instalará una cafetería.

El pasado 7 de abril Ultima Hora publicó la noticia del cierre de esta papelería. Su por entonces propietaria, Catalina Torrents Ibáñez, comentaba que la decisión de cerrar el negocio fundado por su tatarabuelo venía motivada porque se jubilaba. «Cumplo 73 años y y es momento de echar el cierre», explicaba.

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Nada más conocerse la noticia del cierre y de la puesta en venta del edificio, situado en el número 27 de la calle dels Hostals, las inmobiliarias comenzaron a interesarse por este inmueble. El edificio consta de 3 plantas, cada una de ellas con una superficie de 150 metros cuadrados, y además cuenta con un pequeño edificio colindante.

El 1 de julio, tras vender todo el género que quedaba, echó abajo la persiana de forma definitiva.

El pasado 20 de enero, se conoció que el Ajuntament de Palma había decidido incluir en su catálogo de edificios de Palma el de Casa Roca por su valor arquitectónico. Esta protección afecta al interior y a la fachada, pero no a la actividad que se desarrolle.